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Antonio Morales rating:
8
Western Mysterious Will Lockhart delivers supplies to storekeeper Barbara Waggoman at Coronado, an isolated town in Apache country. Before long, he's tangled with Dave Waggoman, vicious son of autocratic rancher Alec and cousin of sweet Barbara. But he sticks around town, his presence a catalyst for changes in people's lives, searching for someone he doesn't know...who's been selling rifles to the Apaches.
Language of the review:
  • es
March 5, 2013
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Durante la década de los años 50, Anthony Mann dirigió un puñado de extraordinarios westerns protagonizados casi todos por su actor fetiche en aquel tiempo, que no era otro que James Stewart en el momento cumbre de su carrera como actor. Su físico se asimilaba al estereotipo de americano medio, hombre leal, honesto y humilde, aunque en algunas ocasiones podía mostrar su lado menos amable. El argumento recuerda en cierta forma a una tragedia, concretamente: “El rey liar” de Shakespeare.

Es el más violento de los westerns de Mann, “El odio es impropio de un hombre como usted”, le comenta precisamente Charley, el viejo guía del ejército (Wallace Ford), pero Will (Stewart) viaja desde Laramie, de donde procede aunque no pertenezca a ningún sitio, hasta Mexico para encontrar al hombre blanco que vende rifles a los indios, Will Lockhart intenta descubrir al individuo que causó la muerte de su hermano pequeño, un soldado tiroteado por indios armados con dichos rifles. El sentimiento de venganza está expresado de forma directa, aún más cuando se supone que el pendenciero hijo del terrateniente (un Donald Crisp, soberbio) puede estar implicado.

“El hombre de Laramie” es un western muy táctil, de composiciones plásticas inigualables. Es la primera película de Mann en formato Scope, y el cineasta lo aprovecha: la fuerza del largo travelling que sigue frontalmente al inquieto protagonista antes de liarse a puñetazos con el violento Dave, hijo del terrateniente. También resalta su mayor densidad dramática y la abstracción de los escenarios. La colaboración de Philip Yordan, que pasaría a ser uno de los guionistas habituales de Mann, el cual comentó: “He intentado recuperar la pureza de los héroes de las tragedias antiguas, las tragedias griegas, en este sentido, me he entendido perfectamente con Mann”.
Antonio Morales
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