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Antonio Morales rating:
9
Thriller. Drama An apocryphal version of the assassination of the Nazi leader and Czech "protector" Reinhard Heydrich by a resistance fighter in World War II. The story follows the assassin as he evades the widening Nazi dragnet, protected by his fellow Czechs even to the point of self-sacrifice. As the Czech people are put to the sword in increasing numbers in retaliation for the assassination and their refusal to give up the killer, a plan evolves to ... [+]
Language of the review:
  • es
May 4, 2014
9 of 10 users found this review helpful
Fruto de la colaboración, no siempre fácil, de Fitz Lang con Bertolt Brecht, “Los verdugos también mueren” expone admirablemente cómo un conflicto privado se convierte en el signo de un conflicto colectivo. En la Praga ocupada por las tropas hitlerianas, un jerarca nazi, apodado “El verdugo” es asesinado por el Dr. Svoboda (Brian Donlevy) miembro de la resistencia. Una mujer, Mascha Novotny (Anna Lee), que lo ve huir después de haber cometido el crimen, perseguido por miembros de la Gestapo, engaña a éstos indicándoles una dirección distinta a la que ha seguido el fugitivo y más tarde le permite pasar la noche en la casa de su familia, evitando el toque de queda. A partir de ese momento, la vida de la familia Novotny sufre una violenta alteración, que no es sino una proyección cotidiana individual de lo que está sufriendo la población.

Una grandiosa película que transgrede la propaganda, la ideología o la militancia política. La defensa de una sociedad oprimida por la barbarie nazi, que se defiende ante el poderoso con solidaridad e inteligencia. Narrada en un tono cercano al documental (pues hechos parecidos, estaban ocurriendo) y el neorrealismo pero también cercano al expresionismo alemán muy presente en la puesta en escena de Fritz Lang. Está en ella todo el cine de Lang, el asesinato, el chantaje, la tortura física y psicológica, desde una crueldad atroz. A medida que avanza el relato podemos ver transformarse la riqueza psicológica de los personajes. Donde las circunstancias políticas son utilizadas para poner de manifiesto grandes cuestiones morales. Fruto de ello es el drama del profesor Novotny (Walter Brenan), un patriota de principios nobles que sin pretenderlo se ve atrapado por los acontecimientos. Que tras ser detenido, menciona esa frase premonitoria con la que titulo mi comentario.

Una historia creada por dos tipos muy preparados como eran Lang y Brecht, alemanes que habían huido del nazismo, que conocían de primera mano cómo se las gastaban esos miserables teutones. Un film magistral en el que no sobra un solo plano, soberbia la fotografía, de una precisión asombrosa, para espectadores avezados, con unas elipsis audaces y prodigiosas, que los directores actuales apenas se atreven a realizar, creyendo erróneamente que el espectador no las entiende. Uno de los problemas del cine actual, es que todo tiene que quedar explícitamente claro, cuando es mucho más interesante insinuarlo o dar pequeños detalles para que el espectador se haga su opinión.

Un film que aunque puede parecer coyuntural y fruto de una época, se mantiene fresco y actual porque trata temas universales que afectan al ser humano, el sentimiento de culpabilidad con sus miserias, sus debilidades y sus pasiones. Nunca se describió tan bien el terror nazi, donde se homenajea a las personas que dieron su vida por la dignidad, un alegato por la libertad y contra la tiranía de un régimen imperialista, racista y abyecto. Poco conocida en España porque nunca se estrenó, por motivos obvios y ofensivos para las simpatías de nuestro dictador.
Antonio Morales
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