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Venezuela Venezuela · Maracaibo
bucefalo rating:
10
Drama Biopic on FBI director J. Edgar Hoover (Leonardo DiCaprio), focusing on his controversial career and rumored private life as a homosexual in love with his Assistant Director Clyde Tolson (Armie Hammer). The first Director of the Federal Bureau of Investigation, Hoover was the face of law enforcement in America for almost 50 years. His position gave him enormous power, causing him to become both feared and admired, reviled and revered. ... [+]
Language of the review:
  • es
March 19, 2012
5 of 5 users found this review helpful
Si hay algo presente en la cinematografía de Clint Eastwood es el buen gusto, una especie de sabiduría que sólo los años y una especial sensibilidad, producto de la experiencia, se es capaz de tener. Su última película: “J. Edgar” (2011), es excepcional, como casi todo lo que ha realizado últimamente. En la sencillez existe profundidad. Y no puedo dejar de mostrar mi entusiasmo y admiración por éste gran artista que es capaz de producir autenticas obras maestras desde una posición humanista que le engrandece. Eastwood aborda cada tema, cada situación y cada personaje con una sutileza digna. Nunca es tendencioso de una forma gratuita, y no comete el pecado del panfletario urgido de insistir barrocamente en su tesis. Eastwood es un hombre de su tiempo y quizás uno de los mejores “historiadores” de la realidad contemporánea estadounidense. Con “J. Edgar” sigue “tocando muy en alto” y hurgando de manera inteligente en personalidades complejas como la que tuvo el fundador del FBI: Edgar I. Hoover (1895-1972), bajo la caracterización de uno de los mejores actores que existe hoy en todo el mundo: Leonardo Di Caprio.

Es cine puro y de excepcional factura lo que Eastwood es capaz de ofrecer. Eastwood no es un amarillista, aborda a sus personajes con respeto y consideración. Muestra sus “humillaciones” sin escarmentar en las mismas y sin pretensiones de juez. Tiene la virtud de conocer en profundidad la naturaleza humana y de quedarse con lo sustancial que hay en ella sin hacer del chisme y la maledicencia su prioridad. Por eso su cine termina siendo clásico, probo, con matices, de otra dimensión, y muy especial. El equilibrio que logra al mostrarnos las “hazañas” policiales del FBI en su cruzada anticomunista junto al drama privado de Hoover es inequívoco, excepcional. No hay excesos, todo luce comedido haciendo alarde de una madurez sólo ejercida por unos muy pocos elegidos. La parte final de la película, el ajuste final de cuentas ante la “muerte política” y la “muerte biológica”: emociona y conmueve. El Hoover de Eastwood no es bueno ni malo, es sencillamente lo que fue de acuerdo al acercamiento que éste gran director terminó por discernir.
bucefalo
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