No voy a excederme mucho porque tampoco es que la ocasión lo merezca.

Esta "película" no es más que un experimento hecho por Keiji Inafune, productor de Capcom, con el objetivo de promocionar la segunda parte del videojuego del mismo nombre: Dead Rising. No obstante, el videojuego es mejor película que esto, que se queda en mero panfleto publicitario en el que podemos reconocer varias señas de identidad de Dead Rising 2: el Zombrex, los psicópatas, la creación de armas uniendo varios objetos, los zombis y una mención a "Terror is Reality", escenario en el que comienza el juego; aparte de una aparición del propio videojuego (el protagonista aparece jugando en una escena). Ah, y otra cosa muy reconocible: la forma de morder de una mujer zombi cerca del final del metraje.

Por lo demás, nos encontramos con una historia presentada de forma cronológicamente desordenada, supongo que con propósito de darle algo de intriga al asunto, y grabada con muy pocos medios (y suponemos que aún menos pretensiones). No es un coñazo terrible, pero no tiene absolutamente nada que llame la atención, excepto el uso bastante frecuente de sensiblería y el insoportable personaje protagonista, que sin dudas repateará a alguno que otro por no saber tener la boca cerrada. Ni la trama, ni las situaciones, ni el maquillaje y efectos son dignos de cualquier producción media del mismo estilo. Para ver y olvidar. O directamente no ver.