Esta entrega del chico mago desborda tantas sensaciones que, para quienes no tienen complejos a la hora de ver una película mágica (en todos los sentidos), resultará un auténtico festín.
Quienes sepan ver más allá de la superficie vislumbrarán que toda la saga del chico mago no deja de ser un reflejo de los conflictos a los que se enfrenta un chaval corriente. De acuerdo, no se trata sólo de meros conflictos normalitos que afronta cualquier adolescente; aparte de esos dilemas, además a Harry le ha tocado vivir en tiempos de amenaza y de guerra, porque toda la historia de Harry Potter nos muestra un mundo amenazado. Harry, sin haberlo buscado, es el principal objetivo del mago más peligroso de todos los tiempos y tiene que aprender a vivir con eso.
En la tercera entrega, Harry se enfrentará más que nunca hasta ahora a sus peores miedos. La amenaza sigue pendiendo sobre él y él, una vez más, tendrá que sacar lo mejor de sí mismo. Pero no lo hace como un chico superdotado ni extraordinariamente brillante, sino con la fuerza de su corazón, de su valor siempre puesto a prueba. Y contando con la ayuda de sus excelentes amigos.
Lo que hace tan especial esta película es una trama planificada brillantemente, ideada para provocar todo tipo de emociones, entre las que caben la tensión, la risa, la ternura, incluso el temor y la rabia. Y sorpresas garantizadas. Y por añadidura hace trabajar a nuestros cerebros, si sabemos leer entre líneas en las muchas escenas repletas de imágenes deslumbrantes.
Alfonso Cuarón la ha dotado de un ritmo que no cansa, ni que parece forzado. Al contrario, posee una fluidez, incluso una cadencia poética que nos hacen tener la certeza de que ha cerrado esta historia de una forma redonda y prácticamente insuperable.
El ambiente es ya más oscuro y tenebroso, amenazas cada vez más escalofriantes se ciernen sobre Harry y los suyos. Harry ya está en los comienzos de una adolescencia tumultuosa y tendrá que probarse a sí mismo una vez más, enfrentándose a criaturas de crueldad inconcebible y a descubrimientos que van a dar un nuevo e inesperado giro a su vida.
Ésta es para mí la mejor película de las cuatro sobre Harry que se han estrenado. Y no sólo la mejor de esta saga, sino una de las mejores que he tenido el placer de contemplar en mis 30 años de vida.