Sí, vale, es una saga infantil y, por lo tanto, no será del agrado de muchos espectadores. Pero eso no significa que todos la consideremos mala. A mí, de hecho, me gustó. A quienes no gusten de sagas infantiles, no les recomiendo ni esta película, ni las que hagan en el futuro sobre Narnia, ni las novelas de C. S. Lewis, el autor de los siete libros que tratan sobre ese mundo imaginario. Sin embargo, Narnia, aunque no sea el más original ni el más atrayente de los mundos ideados por escritores, posee muchos elementos que la convierten en una leyenda épica cuando menos respetable.
Lewis no pecó de original, pero sí creó un universo de evasión, una alegoría en la que los niños son el motor. Se les inicia en un viaje increíble y peligroso, en el que el destino de Narnia depende en buena parte de ellos. Son niños obligados a asumir responsabilidades de adultos y a enfrentarse a amenazas mortales, sin que tengan protección garantizada por el hecho de ser niños. Dependen de sus propias decisiones y de su valor y de ellos depende también el destino de muchos seres. Recibiendo la ayuda de personajes muy peculiares, vivirán aventuras que van mucho más allá de los más fervientes sueños de cualquier niño.
C. S. Lewis era contemporáneo de Tolkien y en aquellos tiempos el mundo apenas estaba recobrándose de la guerra más mortífera de todos los tiempos. Era una época oscura y herida. Estos autores probablemente buscaban una vía de escape y Lewis, concretamente, ideó una vía de escape para los niños. En nuestro mundo triste y lastimado, los niños necesitaban creer en algo distinto y sentirse protagonistas, desplazando a los adultos, que siempre son los que propician las guerras y terminan por estropearlo todo.
Y con ese fin nació Narnia, un reino para los niños. Y que conste que las cosas no se les ponen fáciles en Narnia por el hecho de que sean niños; no se les infravalora. No se les protege de todos los peligros. Tienen que afrontar retos formidables.
La película capta estupendamente la ambientación. Los escenarios son magníficos y fieles. Los hermanos protagonistas están bien caracterizados y todos los demás personajes encajan. Y la música es preciosa y solemne.
Y nos encontramos con que todo el conjunto entretiene y emociona. Las escenas de acción no son nada desdeñables y en general todas las imágenes están dotadas de calidad.
Sólo aconsejable para los seguidores de la saga y para los que no temen ver una película infantil.