Esta película es como llenar la bañera de LSD y sangre y heroína. Sabes que va a pasar si te metes dentro, por lo que mejor no te metas si intuyes que no te va a gustar.

La historia se desarrolla lentamente, sin prisas. Primero presenta a los protagonistas y nos muestra una prescindible semi historia de amor que importa bien poco a los espectadores que como yo, están aquí para ver la carnicería y poco mas.
En este punto tengo que confesar que estuve cerca de dejar la película varias veces, pero intuyendo por las criticas que había leído que podría no ser tan mala como a mi me lo estaba pareciendo, deje que se desarrollara la trama así sin prestar mucha atención, hasta que presentaron a los otros protagonistas de la historia, la contraparte, la némesis, los malos de la película.
Y estos si que atrajeron mi atención. Para empezar hay un muy buen casting, todos los locos están muy bien caracterizados, no sobra ni uno, muy bien construidos y tod@s con unas grandes interpretaciones, aqui si me sorprendió la película.
Y a partir de aquí, aún con el ritmo lento que a veces echa para atrás, me fui metiendo poco a poco en la película hasta acabar disfrutando de esta lisérgica historia de venganza.

El director juega con los claro oscuros, con escenas oscuras iluminadas por neones chillones rojos azules y amarillos, que contrastan con el negro de la noche, y ayudan a envolver la historia con esa psicodelia asesina que tan bien casa con la historia. No estamos acostumbrados a este tipo de fotografía, y aunque no es para todos los gustos, en mi opinión queda bien en estos casos, siempre que no se acabe abusando.

Nicolas Cage no esta mal, aunque tampoco bien. Destacaría los planos quietos de él, mostrando su locura y su descenso a los infiernos en calzoncillos.

Como baño lisérgico es un 10, como película quizás no tanto. Yo he hecho la media.

Para todo lo demás, mastercard.