Película muy entretenida y dinámica en su desarrollo, en el cual se nos cuenta una historia sobre una venganza llevada a cabo a través de una maldición sobrenatural elucubrada por un conde vampiro contra un pueblo aislado en el medio del bosque.

Es un filme sobre vampiros básicamente, pero aparecen en relato bastantes alternativas originales que no siguen los parámetros convencionales de ese subgénero (transformaciones y mutaciones, plagas y maldiciones sobrenaturales, fieras salvajes, ferias de gitanos y fenómenos de circos).

Por tanto es una película llamativa, que goza de una saludable cuota de sangre y violencia acompañadas también por diversas escenas subidas de tono (vemos en el metraje varias secuencias de desnudos femeninos y danzas eróticas).

La puesta en escena que propone Robert Young es bastante teatralizada, pero con tanta fluidez en el tempo narrativo que es imposible aburrirse.

También como punto positivo puede mencionarse la ambientación y la presentación visual del filme: un pueblo en el medio del bosque, sugerentes arreglos de escenarios interiores (las tiendas del circo, un castillo lúgubre).

La cinta presenta además una atmósfera sórdida y tenebrosa donde lo malsano y perverso merodea a cada instante.

En definitivas, es una interesante película que toma como base los mitos vampíricos pero con suficientes modificaciones conceptuales (algunas disparatadas) como para resultar una oferta atractiva y original.
Está bien presentada desde lo estético, con una inquietante banda sonora que acompaña y acentúa los momentos de sobresaltos y con gran cantidad de sangre y erotismo en pantalla. Vale la pena.