Johny Depp recibió un trabajo de encargo y comercial y le dio su toque, su personalidad. Los buenos de los productores se tiraban de sus barbas, ¿qué pretendía aquel individuo? Pero así fue, la atracción del Parque se convirtió en un monólogo de Jack Sparrow, una de las mejores introducciones de personaje dentro del género.

Con detractores y admiradores por igual, La Perla Negra marca la resurrección de un estilo de cinta, barcos, damiselas en apuro nada indefensas, maldiciones aztecas y búsquedas del tesoro. Se cogen todos los tópicos, pero con un reparto a prueba de bomba. Sobresaliendo entre los secundarios un maravilloso Geoffrey Rush como Barbosa y un absolutamente eficaz Jack Davenport, comodísimos en sus papeles respectivos.

Orlando Bloom y Keira Knightley se sacan dos decentes actuaciones, pero igual que las parejas de enamorados en las películas de los hermanos Marx, se ven eclipsados por la estrella de Groucho, en este caso, por un pirata adicto al ron, de sexualidad y moralidad dudosas, a la par que ingenioso y terriblemente ocurrente.

La banda sonora es la mitad del éxito del resto, pocas veces ha pegado mejor con la aventura. Canciones piratas, historia romántica de rigor, espadas, almirantes ingleses, filibusteros... ¿qué más se puede pedir? Es palomitera, sin duda, pero cumple sus objetivos con un rendimiento del 110%.