Nos encontramos ante un film sólido con un tono agrio, seco y un fondo de tristeza que lo impregna todo. Un film que sigue la estela de esa derivada del western que es el subgénero crepuscular donde se describe el fin de una época en la América más profunda.

Un retrato de personajes sin rumbo ni esperanza donde sobresale Patricia Neal en un papel chocante para su trayectoria y Melvyn Douglas también espléndido. Me convence algo menos Paul Newman con un personaje poco matizado y algo plano desde el punto de vista interpretativo.

La película tiene un tono marcado, describe una atmósfera, pero quizás adolece de emoción, ya que interesa pero en ningún momento apasiona. En cualquier caso, no está mal y es un correcto ejercicio fílmico.