Un poli muy rebelde y muy feo pasa de normas y chulea a sus superiores. No pasa nada, con su falta de respeto por el código parece que será el único en poder atrapar a un nuevo supercriminal salvaje que no tiene nada que perder.

Avanza la peli. Anda, entre asesinato y asesinato se cuenta la historia personal que está detrás de la conducta rebelde del protagonista. Pobre, él también es un niño con infancia dura y sin modelo paterno, como el criminal al que persigue. Qué ironía.

Siguen muriendo polis a manos del criminal. Parece que en Hong Kong no enseñan a los policías que tener una pistola no sirve de nada si te acercas hasta 30 cm del criminal apuntándolo y te metes en un forcejeo. Qué cosas.

Anda, el criminal se ha echado novia. También es rarita, a lo mejor por eso congenian.

Avanza la peli. Vaya, ahora es el policía el que no tiene nada que perder. Cuidado criminal, que va a por ti. Totalmente inesperado.

Caramba, un duelo a muerte en las ruinas de un templo con 2 testigos inocentes, 1 por alumbrar. Qué trágico. Qué tenso. Qué absurdo.

Menudo truño de película.