Yo como norma no pago un céntimo por ver cine español en una sala pero resulta que ayer me ofrecieron entradas para el preestreno de esta película y como no tenía nada que perder, ni nada mejor que hacer, decidí darle una oportunidad (una más) al cine nacional, craso error.

Lucas un anciano enfermo sale del hospital, su hermana María va a recogerle y juntos vuelven a su casa en un pueblecito costero del norte, al llegar descubren que Marcos, un joven que toca el acordeón ha huido de su casa y se ha instalado allí, así que ni cortos ni perezosos deciden acogerle como a un hijo.
Hasta aquí todo bien, típica historia que contrapone la soledad y la amargura de la vejez con la energía y la inexperiencia de la juventud, el aprendizaje será recíproco y estaremos ante una bonita historia de soledad acompañada y lecciones para la vida. ¿ Cúal es el problema entonces?.
El primero y más importante son los personajes, planos, vacíos, huecos sin ninguna profundidad lo que provoca la absoluta imposibilidad de empatía hacia ellos, desfilan por la pantalla como meros espectros, no llegamos a conocerles y a los veinte minutos deja de importarnos cualquier cosa que les pueda suceder. Por no hablar de las actuaciones, un Daniel Brühl estático sin ninguna emoción que acaba arrastrando a Héctor Alterio que nos ofrece una de sus peores actuaciones hasta la fecha.
Las situaciones son forzadas, no fluyen, nos cuesta entender las reacciones de los protagonistas, demasiado cinematograficas, poco naturales. Por no hablar de la cámara que se menea sin sentido enfocando y desenfocando la imagen, desconozco si este efecto está hecho a propósito, si es así, es absolutamente incomprensible.
Pero sin duda lo que más me molesta de esta cinta es su pretenciosidad y su sentimentalismo barato, de saldo y su vergonzoso simbolismo del todo a cien. Un intento fallido y falto de clase y elegancia de desatar la lágrima fácil del respetable que en mi caso lo único que despertó fue un intenso rubor en las mejillas ante lo obvio de las intenciones del director.
Una decepción más del cine español.
Lo mejor: Ya me lo esperaba.
Lo peor: Ya me lo esperaba.