Carandiru es, como historia, una historia desgarradora, estremecedora, a ratos inhumana, llena de odio, llena de sangre, llena de rencor... pero como película, se queda en una versión light, sin cafeina de lo que debería ser. Tiene un comienzo más que notable, involucrando al espectador con los personajes desde el minuto uno, está muy bien el modo de introducir el pasado de los mismos, realizando pequeños flashbacks o regresiones en el tiempo que resultan muy efectivos a la hora de conocerlos más a fondo.

El personaje del doctor, es cómo un rail, su interpretación no es nada del otro mundo, su papel tampoco requiere mucho sacrificio, pero es cierto que, es fundamental para poder conocer a los pintorescos presos de la penitenciaría. El declive del filme (no es que se estrelle, pero sí hay una bajada notable, de ritmo y de nivel) viene a la hora de mostrar la masacre provocada por la policía, el hecho de que cientos de personas desarmadas sean ametralladas sin posibilidad de salvación ni de réplica, debería ponernos los pelos de punta mientras que, en Carandiru sentimos lo mismo que viendo un partido de fútbol de 2º, pura indiferencia.