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Jose_Lopez_5 rating:
6
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April 26, 2022
7 of 8 users found this review helpful
En 1990, las cadenas de televisión privadas aterrizaron en España. Un cambio sustancial frente a la situación imperante hasta entonces, en tanto que los canales públicos perdieron el monopolio de las transmisiones televisivas.
Como la televisión era (y sigue siendo) un negocio goloso, no tardaron en aparecer empresarios de pelaje diverso y moral distraída que, con la ayuda de sus buenos conglomerados económicos, intentaron llevarse un trozo del pastel. Nacieron así canales de TV como Tele5 o Antena3, por citar dos.
Unas primeras televisiones privadas que se caracterizaron por empezar con unos recursos que, aunque nada desdeñables, eran limitados en relación al tipo de negocio. Además, sus infraestructuras estaban recién nacidas, por lo que carecían de rodaje. En consecuencia, todo lo apostaban al ahorro de perras y a la publicidad descarnada. Había que abrirse paso gastando poco e ingresando mucho, sin importar las cuestiones éticas.
Y fue precisamente en ese contexto casi de pioneros cuando nació "Humor amarillo". Un programa de TV, surgido de una gestión harto dudosa (véase spoiler 1), en donde se intentaba hacer reír a los telespectadores usando unos recursos bastante discretos. Una solución de mínimos en donde los costes de producción fuesen anecdóticos.
La idea era simple, aunque resultona. Se partía de un concurso televisivo japonés emitido durante los 80, del cual se habían adquirido los derechos sobre decenas de episodios. Acto seguido, un par de narradores españoles doblaban el contenido con absoluta libertad y delirio, inventándoselo todo y priorizando el cachondeo más salvaje posible. Y ya está. Eso era "Humor amarillo".
La surrealista tarea recayó por entonces en dos locutores con tablas en el mundo de la radio experimental, Juan Herrera Salazar y Miguel Ángel Coll. Ambos, usando unos medios pobres a rabiar (véase spoiler 2), se inventaban la narración de cada episodio mientras hacían humor en pareja ("de crochet", como dice el propio Juan Herrera). La clase de gracias en donde uno lanzaba un chascarrillo y el otro lo remataba.
"Humor amarillo" resultó un éxito, con hasta un 31% de audiencia, ya que nunca se había visto nada parecido en España. Sus responsables, en un ejercicio de libertad que hoy sería impensable, rebautizaron las pruebas con nombres chorras, a la vez que se inventaron al famoso personaje de el Chino Cudeiro (véase spoiler 3). Un personaje cuyo origen, además, fue de lo más curioso (véase spoiler 4).
"Humor amarillo" se emitió en España entre 1990 y 1995, periodo durante el cual era casi imposible encontrar a alguien en este país que no conociera el programa. No obstante, y ya en el 2006, el canal de televisión Cuatro lo recuperó, emitiéndolo hasta el 2007 con un nuevo doblaje. Uno que, en esta ocasión, recayó en Fernando Costilla y Paco Bravo (véase spoiler 5).
Aunque el primer doblaje de "Humor amarillo" es el referente y el que lo dio a conocer, el realizado la segunda vez fue mucho más intenso y rápido. Para mi gusto, mejor que el anterior, que era bastante lento. No obstante, esto es solo un gusto personal, a la vez que un reflejo de cómo cambió la televisión en quince años.
En resumen, "Humor amarillo" no era un programa de gran calidad. Era pobre en medios, reciclaba un material vetusto, y sus chistes eran burdos y simplones. Sin embargo, también es verdad que se pasaba un buen rato, y que es imposible no sentir cariño por las infinitas tonterías que se podían decir por entonces. No sé si eran tiempos mejores, pero al menos los más tontos aún no habían sometido a la sociedad argumentando sentirse ofendidos.
Como la televisión era (y sigue siendo) un negocio goloso, no tardaron en aparecer empresarios de pelaje diverso y moral distraída que, con la ayuda de sus buenos conglomerados económicos, intentaron llevarse un trozo del pastel. Nacieron así canales de TV como Tele5 o Antena3, por citar dos.
Unas primeras televisiones privadas que se caracterizaron por empezar con unos recursos que, aunque nada desdeñables, eran limitados en relación al tipo de negocio. Además, sus infraestructuras estaban recién nacidas, por lo que carecían de rodaje. En consecuencia, todo lo apostaban al ahorro de perras y a la publicidad descarnada. Había que abrirse paso gastando poco e ingresando mucho, sin importar las cuestiones éticas.
Y fue precisamente en ese contexto casi de pioneros cuando nació "Humor amarillo". Un programa de TV, surgido de una gestión harto dudosa (véase spoiler 1), en donde se intentaba hacer reír a los telespectadores usando unos recursos bastante discretos. Una solución de mínimos en donde los costes de producción fuesen anecdóticos.
La idea era simple, aunque resultona. Se partía de un concurso televisivo japonés emitido durante los 80, del cual se habían adquirido los derechos sobre decenas de episodios. Acto seguido, un par de narradores españoles doblaban el contenido con absoluta libertad y delirio, inventándoselo todo y priorizando el cachondeo más salvaje posible. Y ya está. Eso era "Humor amarillo".
La surrealista tarea recayó por entonces en dos locutores con tablas en el mundo de la radio experimental, Juan Herrera Salazar y Miguel Ángel Coll. Ambos, usando unos medios pobres a rabiar (véase spoiler 2), se inventaban la narración de cada episodio mientras hacían humor en pareja ("de crochet", como dice el propio Juan Herrera). La clase de gracias en donde uno lanzaba un chascarrillo y el otro lo remataba.
"Humor amarillo" resultó un éxito, con hasta un 31% de audiencia, ya que nunca se había visto nada parecido en España. Sus responsables, en un ejercicio de libertad que hoy sería impensable, rebautizaron las pruebas con nombres chorras, a la vez que se inventaron al famoso personaje de el Chino Cudeiro (véase spoiler 3). Un personaje cuyo origen, además, fue de lo más curioso (véase spoiler 4).
"Humor amarillo" se emitió en España entre 1990 y 1995, periodo durante el cual era casi imposible encontrar a alguien en este país que no conociera el programa. No obstante, y ya en el 2006, el canal de televisión Cuatro lo recuperó, emitiéndolo hasta el 2007 con un nuevo doblaje. Uno que, en esta ocasión, recayó en Fernando Costilla y Paco Bravo (véase spoiler 5).
Aunque el primer doblaje de "Humor amarillo" es el referente y el que lo dio a conocer, el realizado la segunda vez fue mucho más intenso y rápido. Para mi gusto, mejor que el anterior, que era bastante lento. No obstante, esto es solo un gusto personal, a la vez que un reflejo de cómo cambió la televisión en quince años.
En resumen, "Humor amarillo" no era un programa de gran calidad. Era pobre en medios, reciclaba un material vetusto, y sus chistes eran burdos y simplones. Sin embargo, también es verdad que se pasaba un buen rato, y que es imposible no sentir cariño por las infinitas tonterías que se podían decir por entonces. No sé si eran tiempos mejores, pero al menos los más tontos aún no habían sometido a la sociedad argumentando sentirse ofendidos.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
1º) El material de base de "Humor amarillo" era un programa japonés, emitido durante los 80, titulado "El castillo de Takeshi". Un concurso, con dosis de sadismo menor, en donde los participantes debían superar multitud de pruebas físicas (y humillantes) con el objetivo de acabar agenciándose el premio final, de un millón de yenes. Quien no superaba una prueba, quedaba descalificado.
El material fue adquirido al peso por los responsables de compras de Tele5. Una decisión alocada, hecha a ciegas, sin tener ni idea de qué era aquello ni de lo que se decía, con la que luego regresaron a España sin saber qué hacer con ella. Tras unos primeros intentos por poner algo de orden entre aquel caos de japoneses gritando, golpeándose y haciendo el ridículo, optaron por el doblaje loco.
2º) Según una entrevista publicada en El Confidencial, al principio el montaje del material lo hacían con vídeoreproductores caseros, en sus propios hogares e, incluso, en un aparcamiento de Tele5. Posteriormente les asignaron un destartalado estudio de grabación en un edificio en ruinas en donde, por no haber, no había ni cuarto de baño. Allí, en lo que describieron como "un pajar", que incluso se llegó a inundar, y con zonas del edificio en las que no se podía trabajar por riesgo de hundimiento de los techos, narraban los episodios.
Los medios técnicos, además, eran paupérrimos, con un único micrófono omnidireccional y unos auriculares. Todo ello ubicado en una estancia que carecía insonorización. Cualquier "youtuber" de hoy en día tiene en su casa un "setup" más profesional. Y suerte que les asignaron un técnico de sonido malpagado, dada la mala calidad de los audios iniciales.
Fuentes:
- Entrevista en El Confidencial. "El hombre que inventó 'Humor Amarillo'". 8-Mayo-2016.
- "El hombre que inventó Humor Amarillo". Youtube. 5-Mayo-2016
3º) El Chino Cudeiro era un personaje ficticio. Como todos los japoneses nos parecían iguales, en cada episodio los locutores españoles escogían a un participante al azar y lo nombraban el Chino Cudeiro. Un pobre desgraciado que las más de las veces terminaba dándose de hostias. Un hecho que los narradores siempre acompañaban de una denuncia ("Han matado al Chino Cuideiro").
Si usted es de los que piensan que "South Park" fue original al matar al personaje de Kenny en todos los episodios, diciendo aquella coletilla de "¡Oh, Dios mío, han matado a Kenny!", sepa que está equivocado. Eso ya se hizo en España con el Chino Cudeiro.
Lo curioso es que, en realidad, todos los concursantes recibían leña sin contemplaciones, por lo que el Chino Cudeiro no era diferente. Sin embargo, semejante invención caló en la audiencia. Huelga decir, además, el absurdo de llamar chino a un concursante japonés, en lo que era otro ejemplo de despiporre. Hoy día fundirían a los responsables a insultos, cancelaciones y demás acusaciones racistas.
4º) El origen del Chino Cudeiro fue de lo más curioso. Resulta que a los locutores les asignaron un técnico de sonido gallego, Miguel Ángel Cudeiro. Este trabajador, que al parecer era un tímido becario malpagado (si es que le pagaban algo), era el último mono, y nadie le hacía caso. A pesar de ello, trabajaba de forma sistématica sin chistar. Por ello, y en su honor, los locutores apodaron a ese personaje ficticio como el Chino Cudeiro.
5º) Cuando Cuatro intentó emitir de nuevo "Humor amarillo", se encontró con dos problemas. Primero, que Tele5 no vendía derechos de sus programas a terceros. Segundo, que Takeshi Kitano, responsable del programa nipón, había recuperado los derechos del programa. En consecuencia, Cuatro optó por volver a comprar los derechos a Kitano y someter el programa a un nuevo doblaje. Así nació el segundo doblaje de "Humor amarillo".
Fuente: entrevista a Fernando Costilla. "Fernando Costilla: «Humor amarillo ahora no se puede hacer porque te hunden a demandas»". Zenda. 2-Julio-2021
El material fue adquirido al peso por los responsables de compras de Tele5. Una decisión alocada, hecha a ciegas, sin tener ni idea de qué era aquello ni de lo que se decía, con la que luego regresaron a España sin saber qué hacer con ella. Tras unos primeros intentos por poner algo de orden entre aquel caos de japoneses gritando, golpeándose y haciendo el ridículo, optaron por el doblaje loco.
2º) Según una entrevista publicada en El Confidencial, al principio el montaje del material lo hacían con vídeoreproductores caseros, en sus propios hogares e, incluso, en un aparcamiento de Tele5. Posteriormente les asignaron un destartalado estudio de grabación en un edificio en ruinas en donde, por no haber, no había ni cuarto de baño. Allí, en lo que describieron como "un pajar", que incluso se llegó a inundar, y con zonas del edificio en las que no se podía trabajar por riesgo de hundimiento de los techos, narraban los episodios.
Los medios técnicos, además, eran paupérrimos, con un único micrófono omnidireccional y unos auriculares. Todo ello ubicado en una estancia que carecía insonorización. Cualquier "youtuber" de hoy en día tiene en su casa un "setup" más profesional. Y suerte que les asignaron un técnico de sonido malpagado, dada la mala calidad de los audios iniciales.
Fuentes:
- Entrevista en El Confidencial. "El hombre que inventó 'Humor Amarillo'". 8-Mayo-2016.
- "El hombre que inventó Humor Amarillo". Youtube. 5-Mayo-2016
3º) El Chino Cudeiro era un personaje ficticio. Como todos los japoneses nos parecían iguales, en cada episodio los locutores españoles escogían a un participante al azar y lo nombraban el Chino Cudeiro. Un pobre desgraciado que las más de las veces terminaba dándose de hostias. Un hecho que los narradores siempre acompañaban de una denuncia ("Han matado al Chino Cuideiro").
Si usted es de los que piensan que "South Park" fue original al matar al personaje de Kenny en todos los episodios, diciendo aquella coletilla de "¡Oh, Dios mío, han matado a Kenny!", sepa que está equivocado. Eso ya se hizo en España con el Chino Cudeiro.
Lo curioso es que, en realidad, todos los concursantes recibían leña sin contemplaciones, por lo que el Chino Cudeiro no era diferente. Sin embargo, semejante invención caló en la audiencia. Huelga decir, además, el absurdo de llamar chino a un concursante japonés, en lo que era otro ejemplo de despiporre. Hoy día fundirían a los responsables a insultos, cancelaciones y demás acusaciones racistas.
4º) El origen del Chino Cudeiro fue de lo más curioso. Resulta que a los locutores les asignaron un técnico de sonido gallego, Miguel Ángel Cudeiro. Este trabajador, que al parecer era un tímido becario malpagado (si es que le pagaban algo), era el último mono, y nadie le hacía caso. A pesar de ello, trabajaba de forma sistématica sin chistar. Por ello, y en su honor, los locutores apodaron a ese personaje ficticio como el Chino Cudeiro.
5º) Cuando Cuatro intentó emitir de nuevo "Humor amarillo", se encontró con dos problemas. Primero, que Tele5 no vendía derechos de sus programas a terceros. Segundo, que Takeshi Kitano, responsable del programa nipón, había recuperado los derechos del programa. En consecuencia, Cuatro optó por volver a comprar los derechos a Kitano y someter el programa a un nuevo doblaje. Así nació el segundo doblaje de "Humor amarillo".
Fuente: entrevista a Fernando Costilla. "Fernando Costilla: «Humor amarillo ahora no se puede hacer porque te hunden a demandas»". Zenda. 2-Julio-2021