A Doug Liman lo conocí gracias a la estupenda Viviendo sin límites (Go). Luego he medio seguido su irregular carrera. Lo bueno de este realizador es que su talento siempre sale a relucir, incluso cuando el proyecto que tiene entre manos no resulta ser el adecuado. Por eso, y por ver a unos jovencísimos Vince Vaughn y Jon Favreau (antes de ser engullidos por la maquinaria de Hollywood y por los kilos de más), me interesé por este trabajo de bajo presupuesto y cierto renombre.

Sin embargo, me ha decepcionado un poco. No sé qué es lo que me esperaba, pero las desventuras de Mike (Jon Favreau), un humorista que trata de recuperarse de una ruptura amorosa, y sus amigotes no me terminaron de interesar. Reconozco que está bien descubrir los inicios de Liman (quien ya apuntaba maneras), ver a Vaughn alejado de los tontos roles cómicos que tanta fama le han dado y algunos de sus frescos diálogos, pero es, a todas luces, insuficiente.