Este trabajo no trata de sentar cátedra en torno a la figura de su protagonista, tampoco se decanta por el drama histórico, la cinta prefiere centrar su atención en el triángulo amoroso que forman Lope de Vega (Alberto Ammann), una bella y humilde joven llamada Isabel (Leonor Watling) y Elena (Pilar López de Ayala), hija de Jerónimo Velázquez (Juan Diego), para quien Lope acabaría trabajando.

La película de Andrucha Waddington no funciona como retrato de la época, a pesar de que la ambientación (atención a sus preciosistas decorados o al trabajadísimo y logrado vestuario) es uno de los grandes puntos de interés. Sin embargo, su mayor reclamo se halla en su trío protagonista, quienes, además, realizan una más que decente labor (especialmente destacable resulta la fragilidad de Watling o la capacidad de López de Ayala para transmitir todo un abanico de estados de ánimo a través de la mirada).

Lope no será un fresco histórico ni una película de época al uso, pero su plausible acabado y las interpretaciones hacen que el resultado final no sea, ni mucho menos, desdeñable. Y esto lo dice alguien que cuando vio el trailer no sintió ningún tipo de interés por verla.