De la variada y tremendamente irregular filmografía del directo de origen indio M. Night Shyamalan, casi todo el mundo está de acuerdo con que "El Sexto Sentido" es su película más conocida e imperecedera, transformada ya en un título inmortal en la historia del cine.

¿Qué es lo que ha hecho de este filme una obra tan conocida, laureada y asombrosa? Básicamente, que Shyamalan es único a la hora de meterse en la mente del espectador. Sabe que el mayor terror está en lo que no se ve más que en lo que se muestra, en los instintos primarios más que en el raciocinio, y en los misterios de toda la vida más que en los nuevos monstruos. Todo el mundo sabe, en cualquier cultura del planeta, lo que es un fantasma o ha oído algo sobre la vida en el Más Allá, y Shyamalan juega con nuestro conocimiento del "podría ser" de una forma asombrosamente primaria, introduciéndose en lo más hondo de nuestros instintos primitivos usando su extraordinario talento para crear ambientes tenebrosos y lúgubres.

La riqueza de la cinta va más allá de sus buenas interpretaciones, de su acertada dirección o de su elegante y relajado tempo narrativo: es la simpleza de su planteamiento la que hace el milagro, pues nos puede parecer increíble que un guión tan poco original pueda llegar a funcionar con tanta efectividad, pero el secreto está en los detalles y buena muestra de ello es su impactante final, por el que envidio a todo aquel que no haya visto aún la película. Además, ese final supone la columna vertebral de la cinta, un pilar maestro tan importante que cuando se visiona por segunda vez (y es algo que hace mucha gente después de verla una primera), se ve con un punto de vista totalmente distino.

Sin ser su mejor interpretación, Bruce Willis convence en su papel de psicólogo infantil atormentado por la culpa, y tengo que reconocer que el repelente Haley Joel Osment hace una gran actuación, emotiva e inquietante como pocas. Está claro que Shyamalan tiene muy en mente lo que quiere y cómo lo quiere, y eso se nota mucho en las interpretaciones, tan oscuras y tétricas como el tono general de la cinta.

Sin ser una obra maestra, "El Sexto Sentido" se ha colado ya por méritos propios en la cultura popular global, convirtiéndose en un importante referente dentro del género. Todo un logro sobrenatural.