Para otorgar suspenso a una historia de un asesinato se me ocurren dos caminos: O sabemos como se cometió el asesinato y buscamos al asesino, o como en este caso, sospechamos del asesino y recién al final entendemos cómo se cometió el asesinato. Creo que esta elección le da el punto que la película necesita para ser considerada interesante.

La idea me pareció repetida, y bastante previsible. No es mala, sin embargo, pero noté cosas de más en la película. Recordar hechos vividos suele dar fuerza a los motivos de un personaje, otorgando credibilidad a la trama. Bueno, en este caso fue totalmente inútil, pues no hay relación directa entre lo que ocurre y sus recuerdos, sino una leve y forzada coincidencia.

Quieren hacernos creer que el personaje de Ben Chaplin es necesario en este tipo de películas, cuando en realidad no lo es. Aquí no modificó en nada a la trama, su acercamiento con Sandra Bullock fue forzado y patético, y al pobre Ben no le sirvió para lucirse pues en esta lastimosa historia no hacía falta.

Por su parte resulta difícil creer en el atormentado personaje de Sandra Bullock. Ella me encanta, pero aquí es algo graciosa e ingenua; sólo con buenas intenciones se le puede llegar a creer algo.


En síntesis, lo interesante de la película es que a pesar de algunas fallas puede entretener.