En los últimos años el cine de animación norteamericano ha evolucionado y progresado una barbaridad, realizando auténticas joyas, piezas de orfebrería animadas por ordenador. "Monstruos, S.A." es otro encantador ejemplo de ello. Producida por el pionero y gran Lasseter ("Toy story") y realizada en los ya casi imprescindibles estudios Pixar, es otro ejemplo maravilloso de la autosuperación de Disney y de su modélica y gustosísima competencia frente a la spielberiana Dreamworks. En esta película se cuenta la historia de una ciudad habitada por monstruos y de la empresa que da nombre a la película, dedicada a asustar a los niños para lograr a través de sus gritos energía. Una niña se escapa y va a parar al lado del mejor asustador (un bonachón, sentilmental y grandullón monstruo) y su entrenador (un simpático, inteligente y asustadizo monstruito), con el tremendo revelo consiguiente ya que los monstruos se oxidan al contacto con los niños.
Es una obra llena de encanto, un festival de diversión e inventiva, con gags hilarantes y deliciosa en su conjunto. Hay, obviamente, todos los tópicos del cine de animación: los buenos y los malos, la amistad, el cariño, los sentimientos de las bestias que además busca demostrar que hoy día los niños ya no se asustan como antes, puesto que desde infantes están acostumbrados a todo tipo de situaciones, que hace 30 años eran inimaginables (la ingenuidad ha dado paso a una picaresca, a una listeza y a un aprendizaje más rápido). Esta película acaba, además, como un auténtico film de acción y como en todo clásico animado triunfan los buenos y la empresa de gritos se sustituye por una de risas. Y no duden que esta obra es casi un clásico a alinear con "Toy story", "Shrek" ó "Pesadilla antes de Navidad", cada una en su estilo y con muy marcadas intenciones.