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España España · lloret de mar
Críticas de pascal
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
5
15 de diciembre de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las series americanas se dividen en dos categorías:
. Las producidas por las teles de pago (HBO, Showtime, Starz, AMC), de presupuestos ajustados y temáticas atrevidas.
. Las grandes producciones de las teles generalistas (ABC, Universal, Fox, CBS), que se pueden permitir presupuestos superlativos -dignos de las mejores pelis de Hollywood- con guiones aptos para todos los públicos.

Californication pertenece al primer grupo.

Bienvenidos a California, el estado liberal de costumbres disolutas; bienvenidos a Los Angeles, la ciudad libertina.

Hank Moody es la equivalencia tercer milenio de Charles Bukowski, el escritor maldito de los 70, que centraba sus relatos en las carreras de caballos, las mujeres de mal vivir y la bebida. También recuerda al personaje cinematográfico de la película "Barfly", magistralmente interpretada por Mickey Rourke.

Hank Moody es el perfecto ejemplo de lo que le ocurre al hombre cuando, por su culpa, pierde al amor de su vida -esta se va con otro hombre-. Y por la hija preadolescente ha de verla cada día.
Se vuelve loco.
Seco de inspiración, con disputas diarias con su editor, su vida es un desastre. Ama a las mujeres y se odia a sí mismo. Gruñón, cínico, pesimista sobre las relaciones humanas, su discurso es descarado y grosero. Solo encuentra el consuelo en la bebida, las sustancias ilegales y las mujeres -que le duran lo que tarda en pasársele el colocón-, las cuales acaban en su cama y le rompen el corazón; mientras que los hombres le rompen la cara.

A medida que pasan los episodios, Hank en un principio altivo y borde se nos hace entrañable, porque quiere recuperar el paraíso perdido, que lo fue por su culpa. No supo apreciar lo que tenía, al contrario.

Los episodios son irregulares, los pocos brillantes se codean con los del montón, soporíferos, llenos de personajes superficiales y vacíos, como tantos que transitan por nuestras grandes ciudades.
pascal
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7
16 de diciembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene todos los ingredientes para gustar: amor, venganza, alianzas interesadas, rivalidades familiares, intrigas palaciegas, nobles criminales, clérigos luchadores, villanos muy malos y buenos muy bondadosos, resurrecciones milagrosas, odios irreconciliables. En definitiva, los componentes de las obras inmortales, como Les misérables, Oliver Twits, La regenta, El Gatopardo.
La historia se dilata a lo largo de 70 años, relatando las tribulaciones de los que levantan la catedral ficticia de Kinsbridge, enfrentados a los malévolos enemigos que harán las mil y una con tal de impedirlo.
El personaje más vil es el obispo y luego arzobispo Waleran. Malo entre los males. El detonador del hundimiento de la nave real, del desterramiento de la novicia Ellen, del ahorcamiento del trobador francés. Walerian es el perverso manipulador que se escuda en la fe de Dios para conseguir sus propósitos. Y cuyos remordimientos le hunden en la más absoluta miseria, solo suavizada mediante el castigo corporal -la mortificación y el cilicio- arrodillado ante la cruz. Su frase antológica es "cuando reina el caos, Satán olvida a los siervos de Dios y podemos continuar con nuestra santa obra sin su interferencia". Cuanto más desorden y confusión tanto mejor para imponer sus maquinaciones. A río revuelto...
Enfrente, en el campo de los defensores de la catedral, está el orgulloso prior Philip, el irresistible escultor Jack el pelirrojo, Aliena la valiente noble desposeida de sus títulos, su hermano el guerrero Richard, Tom el albañil, Alfred su hijo.
Los nobles se comportan como forajidos que atacan con violencia y se sirven de la espada para imponer la fuerza bruta. Utilizan todas las tretas sin miramientos, como la pérfida Regan, la madre del supersticioso William.

La serie, no obstante, tiene errores de bulto. La banda sonora, omnipresente y altísima, impide con frecuencia oír los diálogos. Muchas situaciones son idénticas en personajes distintos, como si fuesen fotocopias. En el primer disco del pack en DVD -son 105 minutos, en total 4 discos, 7 horas- los giros dramáticos se siguen a ritmo endiablado, dificultando la buena comprensión -sobre todo, si uno no ha leído el libro.
Da la impresión que han querido condensar la complejidad argumental del libro en 7 horas, y no son suficientes para resumir la obra literaria.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
pascal
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8
1 de abril de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Altamente recomendable, la serie se inscribe en la línea de relatos audiovisuales que recuperan el pasado para tratar los referentes culturales que nos son comunes. Cuéntame cómo pasó , por ejemplo.
En Life on Mars US se tratan temas propios de la cultura estadunidense del 1973. La liberación sexual, la contracultura y el rock, la lucha de las Panteras Negras, el radicalismo estudiantil, las chanchullos del boxeo, la corrupción policial, la mafia irlandesa. Todo ello sazonado con la omnipresencia del presidente Nixon, el único mandatario americano habiendo sido destituido.
Fusión de serie policiaca, de misterio tipo Expediente X, de parodia estilo Yo soy Earl o Superagente 96, la serie no se toma nada en serio, pese a la gravedad de las cuestiones filosóficas en que ahonda. Nada es lo que parece, debajo de la aparente frivolidad se esconde la profundidad de la condición humana. El determinismo, la importancia de la infancia y sus recuerdos, el amor, la relatividad del yo, el complejo de Edipo, la fuerza de la amistades.
Mención especial merece la banda sonora que acompaña los 17 episodios, la flor y nata del rock angloamericano. La inmersión en el 1973 habría sido incompleta sin las canciones de The Who, Mott the Hoople, The Sweet, Gilbert O'Sullivan, Cat Stevens, Steely Dan, Grand Funk Railroad, David Bowie, Elton John, Lou Reed y otras tonadillas que no he podido averigüar de los tiempos en que reinaba el Glam Rock.
La música realza el ambiente festivo y desenfadado de Life on Mar US, son múltiples los episodios en cuyo final los protagonistas acaban moviendo el esqueleto en discotecas, saboreando una copichuela.
El episodio 1 anuncia el color. Sam Tyler (Jason O'Mara) es policía del 2008, sufre el atropello de coche, cae al suelo y cuando se levanta ¿qué ve? los coches son de otra época, su 4x4 se ha transformado en un Chevrolet Chevelle deportivo, muy Starsky & Hutch, la policía viste engorrosos uniformes negros, y cuando ve el perfil urbano de NYC, se alzan espectaculares las Twin Towers, bañadas por la luminosidad solar del 1973.
¿Y qué decir del final, del último episodio? Los guionistas en su afán científico de explicación racional de lo inexplicable (que no se puede viajar al pasado) presentan un final, digamos que deja perplejo.
Es lugar recurrente a la narrativa audiovisual norteamericana complicar tanto las tramas con multiplicidad de universos paralelos que acaban desorientando al espectador. En definitiva, nos lian.
Life on Mars US podía muy bien haber acabado en el episodio 16 en que Sam rehusa volver al 2008 y prefiere quedarse en el 73, por el amor hacia Annie.

Como resumen decir que la serie se ve con deleite, con más de una carcajada. Y ya es mucho.
pascal
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8
30 de septiembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El relato audiovisual ha hecho de la ciudad de Las Vegas el perfecto escenario de ficción no solo en filmes Casino, Resacón en Las Vegas, la trilogía de Ocean’s, también en la multipremiada serie CSI Las Vegas. Lugar donde todo es posible, el sexo fácil, las bodas express, el dinero ilimitado, el juego en todas sus variantes, las juergas hasta la inconsciencia. Su lema Lo que pasa en Las Vegas queda en Las Vegas es la invitación velada a la realización de los desenfrenos más prohibidos.
La serie Las Vegas presenta la urbe de los neones multicoloristas que incendian la noche y su arquitectura dadaísta. Un paseo por el Strip es un viaje alucinógeno donde los arquitectos han realizados sus delirios más audaces, el transeúnte pasa de la pirámide de Luxor en la Antigüedad egipcia a la Tour Eiffel del París decimonónico pasando por los asépticos canales venecianos. Altares erigidos al dios todopoderoso, el dólar.
Es un producto de impecable acabado. El tratamiento del color, los efectos especiales, las técnicas de zoomeado, aceleración y ralentización de imagen producen dinamismo visual a la vez que sensaciones placenteras. Las tramas son fáciles de seguir (se agradece ya que no siempre ocurre en otras series), aunque con frecuencia se resuelvan de forma abrupta. El minutaje es el minutaje. La serie aúna el mundo del trabajo de los protagonistas en el Hotel & Casino Montecito - monstruo de 4000 habitaciones, 5000 cámaras de seguridad y vigilancia- y sus relación personales e íntimas, y cómo éstas determinan sus vivencias. Danny, Delinda, Mary, Mike, Sam son treintañeros, prototipos de su generación y su tiempo, que utilizan el sexo como objetivo de voluptuosidad, sin pensar en consecuencias posteriores, y muchos menos en fundar una familia. Mariposean a diestro y siniestro en busca de la pasión redentora. Sin suerte. Aunque al final, en el último episodio todos encuentran su alma gemela en una boda triple. Vence el amor. Incluso la difícil Sam, fría como un bloque de hielo, sucumbe a las flechas de Cupido, ella para quien el peor insulto es llamarla romántica y sensible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
pascal
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6
15 de enero de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que nada, para apreciar la rotundidad de los diálogos, su comicidad, hay que verla en francés.
Comedia coral, que relata las vicisitudes de veraneantes de diversas ciudades de Francia que pasan sus vacaciones de agosto en un camping de la costa atlántica.
Todos se conocen de veranos anteriores. El detonante de toda la acción será el cirujano estético, Gerard Lanvin, actor que tiende a la sobriedad interpretativa, su cara de mármol expresa las contrariedades de verse obligado a pasar el tiempo que dura la reparación de su coche en el camping, a su pesar. Todos los hoteles de la zona cuelgan el cartel de completo.
Patrick Chirac, playboy irreductible que habla por los codos, y se ve obligado a acompañarle todo el tiempo, le acoge en su tienda
Lo que en principio iban a ser 2 días de espera, se revela una odisea por la ineptitud del mecánico, Mendez, incapaz de dar con el clavo. Es más, antes de acabar la reparación, resbala en el garaje, lesionándose de gravedad y acabando en el hospital, para desespero del cirujano.
La escena impagable es cuando el mecánico sale del hospital, ante las prisas del conductor del coche averiado "vamos, que es para hoy", ciego de morfina acelera la reparación. Tampoco es la buena, pues recae.
El matrimonio en crisis, después de 16 años de vida común, está a punto de disgregarse por el engaño del marido. La mujer, enterado, quiere caer en los brazos del cirujano.
No es la única. La dueña del camping también le tira los tejos.
El matrimonio mayor se pasa la película, intentando recuperar el emplazamiento de toda la vida, que han perdido este año por un error informático.
Mientras, la hija del doctor se la pasa en grande.
La comedia es género difícil, pues debe entretener, tener pocos tiempos muertos, ser ágil.
"Camping" lo consigue.
pascal
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