He esperado bastantes días después de ver esta película para escribir de la manera más objetiva posible esta opinión con la que me estreno en esta web y dejar de lado cualquier tipo de ingrediente emocional. Que los hay y muchos en esta película.

Muchas fueron las películas que pudieron motivarme para iniciarme en ésto de las críticas cinematográficas como principiante cinéfilo amateur pero "La historia de Marie Heurtin" indudablemente ha motivado mi debut. No quiero abundar en detalles que son objeto de la historia real que encierran los 95 minutos de su duración ya que pasarán rápidamente a la papelera de reciclaje del espectador en cuanto de lleno se mete en el papel de la niña protagonista ciega, sorda y muda (sordo-muda en la realidad). Es una película que hay que verla en el momento adecuado ya que su comienzo es muy duro por el enérgico desorden visual que provoca lo salvaje de la personalidad indómita de la niña al separarse de sus padres y enfrentarse a un abismo sórdido, frío y oscuro, junto a su nueva compañera; la monja. Los gritos y los golpes incontrolados de la niña causados por la desconfianza a lo desconocido se hacen los dueños de nuestra vista y nuestros oídos hasta el punto de llegar a ser hirientes para nuestra sensibilidad. Pero posteriormente ayuda a suavizar y comprender de lleno lo más importante de la historia.

Se trata de una verdadera historia de amor llena de sensibilidad, propiciada por una enorme Fé en amar inmaterialmente al prójimo desde lo más profundo del alma y todo a través del sentido del tacto y del olfato. No es una historia sobre religión, ni de monjas, ni de conventos.

La película en su conjunto es amable y agradable, lleno de avances en la conquista del nuevo mundo que la niña descubre incansablemente. Cada día es un reto y un triunfo, una sonrisa y un incalculable agradecimiento por ver, escuchar y hablar a través de las manos, el tacto y el olfato gracias a su inseparable amiga; la monja.

Pero indudablemente, lo mejor es el tramo final de la película. Es el final más potente y bonito que he visto en mucho tiempo ayudado por la belleza de la música que acompaña a la misma durante gran parte de los 95 minutos de su duración. Es un final repleto de energía, sensibilidad y un inconmensurable amor que irradia desde la pantalla hacia el espectador y que sólo se es capaz de comprender cuando te metes en el papel de las protagonistas.

Es muy difícil ser objetivo con una película que es capaz de despertar las emociones más sensibles y consecuentemente subjetivas de cualquier persona. Por ese motivo la recomiendo para personas que crean en el amor o que quieran recuperar la confianza en amar, incluso sin ser amados, desde lo más profundo del corazón.

Es el poder del Amor puro.