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Críticas de El Nievas
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
9
2 de mayo de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No quería hablar sobre esta peli, de verdad, al final me he rendido después de tenerla en la cabeza durante semanas.
¿Para qué sirve el cine? Vaya pregunta de mierda, lo sé… El cine sirve para contar historias; a través de imágenes y sonidos nos cuentan historias del mundo y de las personas. Casi siempre, como espectadores, tenemos que conectar -y empatizar- con el protagonista o los personajes representados… El protagonista al que le pasan muchas cosas y al final consigue todo lo que desea, todo termina bien y salimos felices de la oscura sala de cine (cuando antes íbamos al cine). «No lo quiero pasar mal, no me cuentes dramas que ya tengo yo con mi vida cómo para pasarlo mal viendo la vida de otro». Quiero sentirme a gusto en la comodidad de mi sofá, y cuando terminen las dos horas de película, me olvidaré de todo y pasaré a otra cosa; me levantaré del sofá para ir hasta la cocina y sacaré una pizza congelada y la meteré en horno, y mañana será lunes… Pero,¿ y si el film que acabamos de ver nos ha removido tanto que ahora es imposible sacárnoslo de la cabeza y durante un largo tiempo nos va a estar acompañando? Puede que para siempre, como suele ser con las pelis que nos remueven, que nos descolocan y se meten en nuestras cabezas para trastear con los cables de nuestra mente. Películas que nos provocan algo, que hacen que uno sienta cosas; y lo difícil que es eso. Reaccionar ante una película, ¿en estos tiempos? -Pero qué locura-.
`El monstruo de St. Pauli’ es la película que jamás recomendaría en un corrillo de colegas alrededor de un café, no sería tan mala persona como para decirte que la tienes que ver, con tu pareja, o en familia, todos alrededor del fuego en el calor de tu hogar. ¿Pero por qué estoy escribiendo sobre una película que me ha dejado tan mal cuerpo y que, además, la vi ya hace un mes?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
El Nievas
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4
29 de marzo de 2021
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En estos días pasados he vuelto a ver la maravillosa `Algo Salvaje´ (Jonathan Demme, 1986). Peli que por alguna razón la tenía olvidada en alguna carpeta de mi memoria. Llevaba tiempo viéndola en Filmin, guardándola con la intención de volver a ella, en esa constante necesidad del “revisitar”, volver al pasado; «tiempos pasados fueron mejores, todo lo que se hace ahora es una puta mierda», y más frases de corta y pega que no paramos de repetirnos una y otra vez los que ya tenemos una edad. Lo que mi memoria retenía de la cinta es que era una comedia de los 80, con una extraña pareja muy loca que se metía en líos; con alguna escena sexy, con muchas risas y, la presencia -siempre amenazante- de Ray Liotta en el mejor momento de su carrera. Con cada actor de éxito tengo siempre la mima sensación: todos tengan sus buenos diez años de carrera en la que parece que lo hagan todo; salen en todas las mejores películas del año (ya sea como protagonista o haciendo un super secundario importante); no paran de trabajar y los ves siempre en todos los premios, en las revistas de cine y en la tele; son noticia todo el día porque están de moda y el público los adora. Todo actor y actriz tiene sus diez años en los que son jóvenes, guapos y parece que vayan a ser eternos; ya sea Bruce Willis, Julia Roberts, Kevin Costner o Meg Ryan. Luego se mantienen, se adaptan, o desaparecen. Volviendo a `Algo salvaje´, me sorprendió el cambio de registro que se produce en el film: el primer conflicto realmente importante de la historia no aparece hasta los 50 minutos, con la aparición del ex-novio de Melanie Griffith en la fiesta de reunión de viejos alumnos. A partir de ahí, el relato se convierte en algo más oscuro y violento, dejando atrás “cualquier rastro de comedia fácil y comercial”. Una película que ha día de hoy sería clasificada de violencia pura, haciendo hincapié en el relato que se hace sobre el maltrato y la violencia de genero. Algo similar me pasa cuando vuelvo a ver `Atracción fatal´ (Adrian Lyne, 1987), `Mujer blanca soltera busca´ (Barbet Schroeder, 1992) ,`De repente un extraño´ (Daniel Pyne, 1990), `Durmiendo con su enemigo´ (Joseph Ruben, 1990), `La mano que mece la cuna´ (Curtis Hanson, 1990), `Las Amistades peligrosas´ (Stephen Frears, 1988) `Vidas cruzadas´ (Robert Altman, 1993), o `Happiness´ (Todd Solondz, 1988).
Películas que mostraban otras formas de violencia (que parecía que no habíamos visto antes en las películas de las estanterías de nuestros adorados y desaparecidos videoclubs).
la violencia en el ámbito domestico, violencia entre mujeres, violencia de genero , violencia sexual y verbal , violencia en el entorno laboral, violencia psicológica (y otros tipos de acoso…)
Son films donde la violencia es el principal reclamo, siendo los pilares esenciales de la trama. Cine sin ningún pudor, sin medias tintas ,y que representó la violencia como es: «Uso de la fuerza para conseguir un fin, especialmente para dominar a alguien o imponer algo» (Google).
En los films mencionados, la violencia era representada como algo incontrolable e irracional, que desataba lo peor del ser humano. En sus historias, la violencia ya no es algo divertido, como la violencia que se nos había representado en el cine de acción y entretenimiento de los 80. La “nueva violencia” dejaba secuelas, y los personajes cambiaban al final de la película, porque habían experimentado algo muy jodido y traumático.
A día de hoy la mayoría de los films mencionados serían imposibles de realizar y se quedarían guardados en los cajones de los despachos. Directamente a ningún guionista (que quiera trabajar) se le pasaría por la cabeza escribir ahora este tipo de historias. En estos días se ha estrenado en filmin la película `The Assistant´; la vi hace una semanas y tengo la sensación de que he visto la peli que no es. No paro de encontrarme con reseñas sobre el film, sobre su valentía: «cine de verdad que denuncia, por fin una voz que grita la verdad, necesaria y reivindicativa, cine que no se esconde, una liberación, un relato único, una patada en los huevos de Harvey Weinstein» […] La verdad, no sé que película ha visto la gente. Me pareció un relato a medio gas, que no llega a arrancar en ningún momento «quiero contar y denunciar algo, pero, o no sé cómo hacerlo, o no me atrevo»; secuencias descafeinadas, diálogos que no llegan a explotar. Una película de denuncia pero sin denuncia. No sé, puede que el problema sea yo y no haya sabido ver la película que realemente es.
El Nievas
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7
5 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mads Mikkelsen puede ser un futuro genero, ojo con esto, con permiso de Nicolas Cage. El genero Mikkelsen; cualquier cosa que haga, el genero que toque, nos dará lo mismo siempre que disfrutemos de su adictiva presencia: duro, tierno, carismático, enigmático, guapo, bello y hermoso, de rostro seco, rudo y triste; puede estar sucio, con barba, puede oler mal, y luego puede ser el hombre más sexy del mundo vistiendo los mejores trajes a medida; -pero qué señor más elegante-. Y todo ese pelo, quiero tener su pelo. Y este señor tiene 55 años…
Mikkelsen se ha convertido en ese tipo de «súper actor» que lo mismo te puede encarnar a un agradable padre cariñoso en un Star Wars, que ser un maldito asesino caníbal, o un carismático villano de Marvel. Mikkelsen juega en esa liga de los «super-grandes», su presencia se impone por encima de todo lo pase. Así, que si cuentas con la presencia de este señor en tu película, sabes que ya tienes mucho ganado…
«Una buena película para gustar»
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El Nievas
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3
24 de abril de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me lanzo sobre la cama y mi novia me propone ver Capone, le digo que sí («la digo que sí», que mi novia es madrileña y estamos en Móstoles); he visto el cartel y me gusta ese actor; nos ponemos a ello.Entramos en Filmin, pero qué gran plataforma (nuestra escuela de cine, nada puede salir mal si tienes Filmin). Mi novia pone la peli y en mi cabeza -no sé por qué- pienso que Capone es una serie, que vamos a ver una serie de -no sé cuantos capítulos- y me parece bien, me gustan las series. Entro en la propuesta completamente virgen, es lo bueno de no haber estado metido los últimos días en las publicaciones sobre cine. En mi movida mental yo me dispongo a comenzar la serie de Capone. ¿Será la nueva Breaking Bad?
Primeros minutos de Capone: buena imagen, la era digital que imita al cine, todo muy iluminado (no fotografiado); Tom Hardy bien caracterizado, no podía ser de otra manera. Ese actor es guapo, ese actor es Mad Max, que hermosos labios tiene Hardy, le comería la boca, yo sería su novio y dejaría a mi novia de Móstoles…Hardy, debajo de toda esa capa de maquillaje, con esa calva, esas cicatrices -vale, bien, lo compro-. Hardy está imponente bajo la piel del monstruo; la ropa, los puros, el pelo. Me puedo imaginar a Hardy ensayando en su piso durante meses, delante del espejo de su baño mientras se repite una y otra vez: «se van a cagar cuando me vean entrar en el set caracterizado de Capone».

Van pasando los minutos y tengo la sensación de que estoy viendo una peli de esas que se hacían hace 20 años; una propuesta de «Gran película de época», con un histórico icono como Capone, al que todo actor le molaría interpretar. -¿Cómo no vas a querer hacer de Capone?, menudo reto ponerse en la piel de semejante bicho…ya digo, peli de las que se hacían hace 20 años: -quiero el Oscar, huele a Oscar; seguro que entro en las quinielas-.
La película sigue avanzando y todo es muy bonito: la casa, los coches, el jardín, la casa, el interior de la casa y sus habitaciones… «¿Y si al final no estoy viendo una serie?» He visto otros pilotos igual de largos, podré aguantarlo, no pasa nada, soy fuerte, tengo paciencia…Luego mi novia me dice: «sí quieres vemos un poco más y la terminamos mañana». Entonces sí, descubro que es una sola película y que yo soy tonto.
Por la película aparecen Kyle MacLachlan; de repente rejuvenecido que parece que haya perdido unos 20 kilos desde su último Twin Peaks y su doble malvado. Y Matt Dillon, que nos devuelve a las nostalgia del cine ochentero; «pero qué guay es ver a esta gente activa y a tope»; Dillon, con su cara en su sitio (que se habrá hecho sus mil retoques, pero que está muy bien, con su pelo y su gran presencia)…pero tengo que hablar de la película, ¿no?… Sigo viendo Capone y Capone está en su casa, y a través de oníricos flashback, el film nos va mostrando escenas -que espectador tiene que entender que son importante y esenciales en la vida de Capone- pero parece que sean más una flipada del director (que también es guionista de la película); escenas de una vida que -yo como espectador- no sé de dónde vienen, estoy perdido, ¿qué me estás contando?; que sí, que todo es muy chulo y que tienes a Tom Hardy dándolo todo, porque desde esa de Spiderman que el actor parece que esté más perdido que una Kardashian en una librería de barrio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
El Nievas
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9
30 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sé que lo que voy a contar a continuación te va a parecer muy extraño, algo raro, de otro tiempo; algo que quizá no se produjo nunca y fue todo producto de una fantasía colectiva.
En algún punto en mitad de la década de los 90 nos
interesamos por el cine español. Como suena: yo, Toni Nievas, cogía mi coche para ir hasta la ciudad; luego aparcaba mi coche; me acercaba hasta una sala de cine; compraba una entrada y luego, me metía en la sala con mis palomitas y mi coca-cola, y veía una película del cine español, de principio a fin y sin ganas de salirme o de arrancarme los ojos.
El cine español estaba en las charlas, en el boca a boca; semanalmente llegaba algo nuevo que había que ver y acudíamos en masa a las salas de cine. Nuestro cine era importante y se había instalado con fuerza en la sociedad de la España de los 90.
Relaciono todo este fenómeno con otro recuerdo en el que me encuentro sentado en la mesa del bar que había debajo de casa de mis tíos. Había quedado con mis primos para tomar café; pero antes de eso, me había acercado hasta el quiosco para buscar la revista Fotogramas y me encontré con el primer número de una nueva revista que acababa de salir . La revista se llamaba Cinemania; con Emma Thompson en la portada siempre elegante y maravillosa. En aquellos años Cinemania hizo un buen trabajo de promoción del cine español (cine patrio, como dicen todos ahora). En sus paginas, mes a mes, la revista aparecía con más reportajes y entrevistas a nuestros actores y directores: Santiago Segura, Fernando Trueba, Eduardo Noriega, Jordi Mollà, Bardem o Victoria Abril llegaron a ser portada de la revista.
¿Fue antes `El día de la bestia´ o `Tesis´? Tengo que confesar (espero no equivocarme) que no vi ninguna de estas dos películas en el cine. Sí recuerdo el ruido que empezaron a originar estas dos cintas cuando llegaron al videoclub. `Tesis´ venía acompañada del morbo (o moda) de hablar de las grabaciones “reales”, las snuff movies, que dieron mucho que hablar en aquella época; grabaciones caseras de asesinatos y violencia real, más un mito y campaña de promoción que otra cosa. Reclamo para espectadores ingenuos, deseosos de ver `Tesis´ esperando violencia “explicita”.
Tesis era la película de un debutante con cara de empollón, Alejandro Amenabar; un tipo que no terminó sus estudios en la Facultad de Ciencias de la Información (¿Se aburría en aquellas clases?) y rodando sus primeros cortometrajes llegó hasta José Luis Cuerda, que se interesó por el joven cineasta, convirtiéndose en el productor de sus primeros largometrajes.
Como espectador, mi primera reacción al ver `Tesis´ fue la de :«joder, esto no parece cine español». No eran los típicos personajes en la típica peli española; no era una comedia Madrileña de enredos, ni se hablaba de turismo, ni del paro, ni aparecía Concha Velasco con José Sacristán metidos en una cama, fumando y hablando de la crisis del matrimonio.
`Tesis´ era un angustioso thriller psicológico con ritmo de peli “comercial” americana: con la chica guapa protagonista, el chico normal (que es gracioso), y el guapo malo. Amenabar entendía lo que debía ser el cine: entretenimiento para tener al espectador pegado a su butaca.
Con el Día de la Bestia pasó lo mismo: «¿qué cojones es está brutalidad? ¿En qué España se ha rodado esto?» […] Un oscuro cuento de navidad, una comedia de acción mezclad con cine fantástico, Satán, un cura y un heavy gordo de Carabanchel; el cartel de Schweppes (por fin iconografía cinematográfica a la altura del Monte Rushmore de Hitchcock), las dos Torres, El gran Wyoming (en el mejor momento de su carrera), el tiroteo en la calle Preciados, el desaparecido Álex Angulo (ese actor maravillo).
El film fue un éxito y un fenómeno cultural comparable a la sensación que vivimos con Tarantino y su Pulp Fiction, encumbrando a sus directores en figuras mediáticas de culto, con los fans deseosos de saber cuales iban a ser sus próximos movimientos. […] El cine español premió a la película con 6 Goyas, de las 14 nominaciones con las que competía la cinta de Álex de la Iglesia. cuando la Gala de los Goya era un verdadero acontecimiento y nuestro cine era interesante y se hacía para los espectadores.
`El día de la Bestia´ fue una hostia en toda la cara, una droga adictiva que nos hizo querer consumir más cine hecho en nuestras ciudades, dirigido por gente muy joven, con otras formas de narrar historias que nunca antes habíamos visto en nuestro país. Antes de la bestia, en Canal + había visto `Acción mutante´, el primer film de la Iglesia y producido por los hermanos Almodovar. Siendo un film también interesante (ahora quizá con un aspecto bastante cutre y de bajo presupuesto), imagino que esa primera obra sirvió a su director de antesala para toda la puta locura que vino después.
Pasando a otro recuerdos: Recuerdo con muy buen sabor de boca la época en la que vi infinitas veces la película de David Trueba `La buena vida´, que la tenía grabada en vídeo; misma época en la que veía una y otra vez `Amo tu cama rica´ (Emilio Martínez Lázaro, 1992). Epoca en la que descubrimos a Cesc Gay, Mateo Gil, Mónica Laguna, Álvaro Fernández Armero, Fernando León, Mariano Barroso [...]
El Nievas
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