Pésima adaptación de Lorca, con bellas imágenes pero con una narrativa que impide cualquier atisbo de empatía con los personajes. Nada nos importa lo que les pase, nada sabemos de ellos, son meros monigotes sin vida. Y eso que se parte de un texto maravilloso, muy emocionante a menos que se versione rematadamente mal, como en este caso.
El texto de Lorca, ya de por sí cortado y destrozado en la adaptación, es recitado por los actores con un nivel tal de falta de vocalización que acaba resultando molesto. Se habla poco y, además, no se entiende nada.
Una de las mayores decepciones del año.

Disfruté con Los Miserables. Me parece una versión digna, pero con algunas decisiones muy discutibles. Una película que lo tenía todo para ser una maravilla y se queda a medio camino, aunque algunos momentos del primer tercio rocen el cielo. Alguien con criterio cinematográfico dudoso, pero a quien quiero mucho, me ha escrito hoy esto:

"Tú puedes escribir ésto en tu crítica de turno. Es una película sucia, oscura y aburrida. Con un lobezno que se rejuvenece con los años aunque con saltos fisicotemporales absurdos. Con algunos actores que no saben cantar. Estética fea. Es la típica película horrenda que todo el mundo admira porque se va a llevar mil Oscars, pero que a nadie le ha gustado (como las homorroides que tu tienes). Si tienes huevos huevos de reconocer esta gran verdad y publicarlo en tus "criticas" y mandarme el enlace para que lo vea, te invito a algo cuando vengas, si no, pues también.
Besitos y buenos días!!!"

Hay gente para todo.

Espanto de calidad ínfima, sin gracia ni talento. La serie z exige imaginación y capacidad de divertir, cualidades que desde luego no posee esta estupidez. La única virtud de ese patético director que es Julián Lara es su capacidad para las relaciones públicas y así conseguir gente que trabaje gratis para él, que mierdas como ésta se editen en dvd y viajen a festivales de cine, e incluso le permitan publicar algún libro. En la serie z se pueden hacer grandes películas y grandes mierdas. Ésta, obviamente, pertenece al segundo grupo.

"United States of Tara" es una serie prodigiosa, por una serie de motivos muy sencillos de entender:
-El guión es un mecanismo de relojería perfectamente engrasado.
-TODOS los personajes son interesantes, desde la protagonista hasta el encargado del restaurante, pasando por cada uno de los miembros de la familia.
-No recuerdo la última vez que vi un equilibrio tan conseguido entre comedia y drama. Tiene apariencia de sit-com, pero nunca pierdes de vista la tragedia que se narra y la emoción aflora y te acongoja cuando menos lo esperas.
-Las interpretaciones son impecables, y aprovechan el magnífico guión. Cuando hasta el último secundario está estupendo se nota que hay una gran labor de dirección detrás del producto.
-Y, por último, los capítulos no llegan a la media hora. A ver si aprende la estúpida industria española y toma nota de quienes más saben de televisión y dejan de hacer insoportables series con capítulos que duran tanto como un largometraje. Que vean cómo se narra una historia compleja y seria, aplicando un concepto que no conocen por aquí: CAPACIDAD DE SÍNTESIS.

Pues eso. Debo estar equivocado, porque para muchísimas personas "Ensayo sobre la ceguera" es un libro maravilloso. A mí me irrita su simplismo, su tono de fábula bienintecionada pero tremendamente obvia y previsble. El lobo es un lobo para el hombre. El microcosmos que constituye un grupo de personas encerradas que comienzan a desarrollar actitudes totalitarias y explotadoras. ¡Qué original todo!

La película hereda todos los fallos del libro: es simplista, superficial, no tiene desarrollo, los personajes son caricaturas sin alma, no se aprovecha el potencial de un buen punto de partida y sale del complicadísimo callejón que es la trama de la forma más facilona (y abierta, y poco trabajada) posible.

Por suerte, el director aporta cierto estilo visual y la cinta tiene un innegable empaque audiovisual. Incluso hay dos escenas que hacen despertar a este espectador del sopor e incluso le emocionan: el hermosísimo reencuentro de los dos personajes orientales y (no los contaré) los últimos minutos de película (antes de saber, claro, que ESO es el final.