No suele pasarme, pero en ocasiones ocurre. Un producto de valor y riqueza cinematográficos, ya sea en formato serie -pues ni qué decir que las series hoy se comen al cine- o propiamente película, de vez en cuando aparece y fascina tanto en trama, como en interpretación, como en cuidado técnico. Es el caso de 'The Crown'. Todo un testamento de como la pequeña pantalla evoluciona y da más oportunidades de avances dentro y fuera de la pantalla.

No sólo sirve para rememorar la historia y las intrigas británicas con exquisito lujo de detalles pese a ser una ficción. No sólo es entretenimiento magistral de primer orden y pura calidad frente al que no te queda otra que rendirte, tras ver sus dos primeras temporadas (su primera era al completo, pues cada dos temporadas cambian de era y de reparto). No sólo es otra prueba de que Netflix no es sólo un gigante comercial sino una productora que da espacio a propuestas que igual otra productora no da su brazo a torcer. A mí al menos me ha servido para conocer a una impresionante Claire Foy (que ya tenía un ajustado currículo, pero que confieso era totalmente desconocida para mí) y a un genial Matt Smith (sabía que era el Doctor Who, pero no había visto jamás la serie). Los dos -pero sobre todo Foy- son quienes hipnotizan y enganchan con su exquisita interpretación. Y, por ende, los que nos llevan de la mano a través de los episodios y tramas de su era en la serie. Hasta culminar en un final maduro y emocionante.

Es una de las mejores series que he tenido el placer de disfrutar y ver. Una sobre la que aún sigo pensando y hasta estudiando. Todo un producto de calidad que no debería ser perdido por nada. Estoy hasta triste por ver a Foy y Smith marcharse, así como al resto del elenco. Si bien cada generación, cada era, merece su oportunidad como ellos la tuvieron, sin dudas sin ellos la serie no sería lo que es hoy. Sin Foy, esta corona no sería tan majestuosa. Imprescindible.

Vale que Álvarez no es Fincher. Vale que no están Craig ni Mara. Vale que la obra sobre la que se sustenta, de forma muy libre, no está escrita o aprobada por el fallecido autor ni por su pareja sentimental. Pero esta es una de estas películas de las que no te esperas nada y te dan mucho a cambio. La trama es muy Hollywood, se aleja de lo detectivesco y sucio de la anterior y de las suecas. Pero el cambio se acepta y no hace daño. Es un entretenimiento potente, que hace sentir al espectador más emociones de las que uno se espera. Y casi todo es gracias a una impresionante Claire Foy en tal vez su papel más intersante en la gran pantalla. Uno en el que se luce sola, en el que habla hasta por los ojos (la terrorífica escena de lucha en el baño, o cuando es torturada, o simplemente en las pausas dramáticas), y que hasta logra hacer a Lisbeth Salander suya -dotándola de una vulverable y real sensibilidad, así como de un gran espíritu protector pese a no ser perfecta- sin tampoco traicionar su espíritu sufrido, algo inadaptado y resiliente. La película se ha hecho para ella y todo lo demás queda deslucido. Pero con una Foy perfecta, digna sucesora de Rapace y Mara, y una trama la mar de interesante, ¿quién necesita más?

Última recomendación: verla en Blu Ray con las escenas eliminadas intercaladas. No sé por qué quitaron o se vieron obligados a quitar esas escenas. Dan algo más de duración, pero hacen a la película mejor. Si fuese Sony, sacaría una versión extendida con esas escenas.

Probablemente la mejor película de su director. La más completa, la más madura, la que tal vez más pasión contenga dentro. No es un biopic al uso. No es un drama sobre llegar a la luna. Es una desgarradora película familiar e intrsopectiva sobre la pérdida y su significado. Sobre las metas que nos proponemos en lo personal y lo profesional, sobre lo que cuesta llegar a ellas y lo que significa toda la travesía transcurrida. Sobre quienes nos acompañan y sobre los que nos dejan antes o después sin previo aviso. Unas interpretaciones magistrales de Gosling y Foy, una banda sonora inolvidable y todo un equipo dando lo mejor de sí delante y detrás de las cámaras hacen una obra maestra reciente e imperdible. Seguro que en no mucho tiempo será reconocida y recordad como debe.

Una de las mejores películas de Soderbergh. Y uno de esos pequeños grandes thrillers que seguro se convertirán en futuras joyas a seguir en tiempo. Con una Claire Foy perfecta -cabe preguntarse si esta mujer alguna vez estuvo mal, fuera de lugar o "sólo buena" en alguno de sus papeles-, una trama muy interesante y un ritmo creciente con una recta final muy buena. Una película de suspense e intriga genial y absorbente. Muy, muy buena.

Estamos ante una de esas obras maestras que merecen ser vistas una y otra vez. Una película que cuando parece que ha enseñado todas sus cartas, descubres que esconde otras tantas más que no hacen sino mejorar todo el conjunto. Una historia apasionante, tan espacial como terrenal. Tan íntima y personal, como global y espectacular. Con una dirección magnífica e interpretaciones magistrales. Una película maestra, referencial y genial. Imperdible.