Si en su primera temporada Community fue la comedia revelación, en esta segunda temporada ha conseguido superarse de un modo brutal consiguiendo auténticos capitulazos en los que uno no puede parar de reír como el dedicado a Apolo 13, el especial de halloween o el navideño(sobretodo éste último, en el que nos damos cuenta de que es algo mas que una buena comedia). Si a esto le añadimos unos personajes fantásticos (ojo a Abed, que cada vez que habla lo hace para comparar su vida con temas relacionados con la televisión y a Pierce, un viejo que dice saber hacer de todo aunque en realidad no sabe hacer nada) y que, además son capaces de reírse de otras series como Lost o Glee, entre otras, con unos rapidísimos y geniales diálogos, lo único que podemos hacer disfrutar de esta maravilla.

Posiblemente no me haya comido la cabeza al hacer el título mi crítica pero todo tiene una explicación. Al empezar esta serie, las comparaciones con X-files eran constantes ya que fringe todavía no había decidido cual iba a ser su rumbo. Pero tras una primera temporada dubitativa a excepción de su espectacular final, logró mejorar notablemente en la segunda y confirmar su salto de calidad en una tercera temporada de un nivel muy alto. Negar las coincidencias con X-files sería no ver realidad ya que podemos ver pequeños homenajes en Fringe hacia ella, pero ésta ha conseguido volar ella sola y construir una serie con una historia sólida de fondo, que nos hace sentir en todo momento que no se crean misterios al azar y que todo tiene un sentido.
Y además de todo esto, podemos encontrar a Walter Bishop (John Noble), el personaje más llamativo de la serie con su extravagancia y sus rarezas(él es el único capaz de pensar en comida cuando está diseccionando un cerebro), que nos hará reír en los momentos más inesperados.