"Desde que hay mujeres en el mundo, hay muñecas."

Hay que concederle un tanto a Greta Gerwig. Es una hazaña que Mattel haya dado el visto bueno y producido una película que ridiculiza a su empresa y a sus juguetes. Dicho esto, Barbie es una película irregular. Con grandes defectos que por momentos empañan sus grandes virtudes.

El guión es capaz de dar absolutos puntazos cómicos y de desarrollo de personajes (los Ken y la evolución de Barbie Robbie), al mismo tiempo que avanza a trompicones y se olvida de otros personajes (los empresarios y la madre/hija, de juzgado de guardia estas últimas). Me da la sensación que se ha re escrito el guión a mitad de la película.

El diseño de producción es bestial, un Mago de Oz bañado de rosa y plástico. Una estupenda banda sonora y actuaciones de escándalo, especialmente Ryan Gosling.

El humor lo hay para todos los gustos. Físico (muy deudor de Tati), familiar, adulto, escatológico...y no siempre termina de funcionar. Es más el buen hacer del reparto lo que salva muchos gags. Mención de honor para Michael Cera.

En el tema discursivo, le lastra la literalidad del mensaje en ciertos momentos. La película empieza siendo bastante irónica y luego coge una senda demasiado brusca. Por ejemplo, el discurso del personaje de América Ferrera es brusco. Real, pero brusco. Las siguientes escenas rescatando Barbies usan un humor más irónico, y eso sí funciona. Pero la mezcla de sensaciones no le sienta bien al relato.

Entiendo perfectamente que Barbie es una película esencialmente para mujeres, tanto aquellas que crecieron con la muñeca como las futuras generaciones que pueden aborrecerla, es una película de sororidad y de hermanamiento por una causa común por la igualdad. Y aunque al final amaga con la reconciliación entre sexos, no pasa nada por decirlo. Como si el 90% del cine de Hollywood no estuviese enfocado para los hombres... Barbie ha tenido mas consideración por los hombres que cualquier película de Stallone, Chuache o Statham por el género femenino. Quien crea que Barbie es una película hembrista no sé ha enterado de nada.

Sea como sea, Barbie no es la gran película que se habían montado con el marketing, ni siquiera es una muy buena película, y tengo muchas dudas con este tipo de películas que venden revolución desde su Atalaya de Marfil. Pero es una comedia que cuando funciona, funciona con calidad.

Hombres del mundo, somos suficientes.

Alejandro González Iñárritu continua siendo un director total, esa estirpe de directores/autores que buscan tener el dominio completo de lo que ocurre en pantalla. No hay nada sujeto a la casualidad en Bardo, no hay nada que escape al ojo del mejicano ni a una cámara viva, que se mueve y para a voluntad de este inconmensurable y a ratos fastuoso film.

Como la frase que señalo, parece que el propio Iñárritu busca plasmar su propio estado mental con respecto a la vida, su vida. Y esto recoge todos los temas de su existencia: su condición de apátrida (ni yanki ni mexicano), la historia de México, el recuerdo, el periodismo como denuncia, la crítica de cine ávida de destrozar lo diferente, la pérdida, las relaciones paternofiliales, el conflicto generacional, la fama… Y esto es la gran virtud y gran pega de la pega. Transita por todos los problemas existenciales, pero algunos le interesan más que otros, lo cual hace que muchos solo sean pequeños retazos frente a otros más importantes para la película.

La puesta en escena es un claro homenaje al cine existencial-fantástico de Fellini de La dolce vita y 8 y ½, con ese toque de realismo mágico que le sienta fenomenal a la película. De hecho la película empieza con un homenaje a Fellini. Porque Bardo avanza como si fuese una especie de museo del estado mental de Iñárritu, vamos de sala en sala, a veces sin saber cómo hemos acabado en ella, pero aquí estamos, perdidos en un laberinto mental, contemplando la puesta en escena total de cada momento. Lo cual no quiere decir que Iñárritu esté perdido o que no sepa lo que está haciendo.

Esto hace que la película sea bastante dinámica, no hay momentos en los que aburrirse, en los que no haya que prestar atención a las imágenes, los sonidos, o los diálogos. La cámara contribuye a esto moviéndose como si estuviese viva en los momentos más contemplativos, y siendo estática en los momentos más reflexivos (principalmente las conversaciones entre el protagonista y sus hijos).

En resumen, Bardo sigue la estela que el director arrancó con Biutiful ofreciendo su película más personal y reflexiva, y también exigente en lo referente a la atención y paciencia del espectador.

If you'd have told me a year ago That I'd be locked inside of my home (Ah, ah, ah)
I would have told you, a year ago: "Interesting; now leave me alone"

Imagina una pandemia vírica mundial que obliga a la población a mantenerse confinada en sus hogares poniendo fin a su vida social. En fin, qué os voy a contar…

El multifacético Bo Burnham (monologuista, actor, músico) se abre en canal en una experiencia catártica, tan vibrante y esperanzadora como depresiva donde desarrollará un monólogo musical para sí mismo, realizando así una contundente radiografía sobre la generación millenial y la actualidad a golpe de teclados y un humor incisivo.

Inside es muchas cosas en una (tiene la estructura inicio-nudo-desenlace de una película, canciones como un disco, el discurso humorístico de un monólogo), pero sobre todo es el canto del cisne a, el que es sin lugar a duda, el momento más crítico que ha vivido la raza humana en este siglo. Un intento de Burnham por sobrevivir en soledad y no volverse loco en su confinamiento. Convirtiéndose en toda una experiencia que debe ser reivindicada como de lo más destacable del año.

Canciones como “White woman´s Instagram”, “Bezos”, “Unpaid intern”, ”Sexting” o “Facetime with my mom (tonight)” no solamente sitúan a Burnham como un sagaz creador de melodías pegadizas, sino también como un humorista de humor punzante, que conoce de primera mano los problemas de la generación más preparada del mundo, situada a la deriva en un mundo cada vez más impredecible