Es interesante descubrir cuan atractivo resulta para los iconoclastas intentar destruir los mitos, entre ellos los del cine. Ya se ha dicho todo sobre Centauros, la intensidad de su lirismo, la fuerza de su épica, su perfecto ritmo narrativo, la cantidad de escenas inolvidables, como el ataque de los indios al rancho, la boda interrumpida, etc,... Quizás las generaciones criadas bajo la sombra de matrix y demás artificios visuales encuentren esta película convencional, pero estoy seguro que dentro de 50 años se continuará disfrutando de esta obra maestra, como del resto de la filmografia del gran John Ford. Para mí es una película absolutamente imprescindible y una de las películas que mostraría a un extraterreste para enseñarle lo que es el cine.