Una cinta muy en la línea de los hermanos Coen, cine negro, violencia... y bastante surrealista. El planteamiento inicial de la trama es bastante bueno: marido ordena el secuestro de su esposa para sacarle el dinero al suegro. No muy original, quizá, pero sí podría dar bastante juego con un buen desarrollo. Y no es que la historia sea mala, de hecho tiene suficientes elementos para crear un buen guión y una buena película de suspense... si no estuviera hecha al más puro estilo Coen.

De los personajes destaca la actuación de Peter Stormare, lo cual dice poco de la película si tenemos en cuenta que es un personaje bastante secundario y no tiene protagonismo alguno en los diálogos. Buscemi y Macy están en general correctos; pero el óscar de Frances McDormand es en toda medida exagerado. Su papel de jefa de policía, bastante corta de miras al menos en el doblaje español, queda muy lejos de lo que se esperaría para un Óscar a la mejor actriz, a años luz incluso de un atisbo de nominación. Puede que esto sea más fruto del doblaje, y quede en parte subsanado en el original, aunque su lenguaje gestual va por el mismo camino en todo momento.

Sobran, además, escenas que poco aportan a la película, que solo hacen añadir un plus a las grandes dosis de surrealismo que impregnan el film, como la escena en la cafetería con el ex compañero de estudios de McDormand.

En definitiva, una película muy sobrevalorada, solo apta para los fans del más puro estilo de los Coen.

Solo con el tráiler, no tenía muy claro qué tipo de película iba a ver, aunque ya se intuían detalles de comedia al más puro estilo disparatado. Pensé que se trataría de una película al estilo de una de las últimas comedias de Imanol Arias, 'Anastasio, agente secreto', pero no, el nivel de humor es aún más absurdo que en aquella ocasión y, para mí, que me gustan los golpes de humor un poco más elaborados y sorprendentes, significa que esta película supuso más bien un rato perdido que un punto interesante en mi filmografía.

Reconozco que, si te gustan películas de este género (al estilo, por ejemplo, de 'Dos buenos tipos' de Russell Crowe y Ryan Gosling), muy posiblemente te guste este film y te eches unas buenas risas con ella. Pero, si no, no deja de ser una suma de gags bastante previsibles y extremadamente manidos, en unas situaciones demasiado rocambolescas y surrealistas, llevando al extremo cualquier parecido con la realidad.

Mi primer pensamiento al comenzar el corto fue que iba a ser la típica historia de amor sin nada que aportar, nada extra que hiciera que mereciera la pena. No obstante, poco a poco me fue conquistando. Quizá por su simpleza, pero más probablemente por su pasión y su magia, porque es el reflejo de que hay sentimientos que trascienden todo lo demás, que hacen que el resto de nuestra vida no importe si no podemos disfrutar de ellos, si no podemos dejarnos llevar por la pasión.

Los continuos intentos del protagonista por reencontrarse con esa chica a la que no conoce y que, sin hablar ni hacer nada, le ha robado el corazón; el mágico desarrollo de los acontecimientos; el encanto de una historia narrada sin palabras... son todos elementos que la hacen diferente a lo habitual y que envuelven al espectador, haciéndole partícipe de la búsqueda de estos dos jóvenes e invitándole a soñar.

"Rebound" es mucho más que una película de baloncesto, pese a contar la historia del que está considerado el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos en palabras del propio Kareem Abdul-Jabbar. Es una historia sobre la crudeza de la vida, sobre las dificultades para sobrevivir en un entorno hostil, sobre la superación y la ilusión, pero también sobre la decadencia y las debilidades humanas.

Una película imperdible para los amantes de este deporte, pero también para quienes gustan de historias reales, con profundidad y una gran dosis de realidad, para aquellos que no se conforman con clichés y con mundos de color de rosa, sino que buscan más allá. En definitiva, una película para pensar.

Una historia para reflexionar. ¿Realmente merece la pena ahorrar unos millones de dólares a cambio de jugarse la seguridad de cientos de personas? Esta película es el reflejo de la filosofía del "¿Qué puede pasar en un gran edificio con los medios actuales?", que lleva a algunos constructores a mirar solo por el ahorro de costes por encima de la seguridad humana.

En contraposición a esta filosofía, la figura del arquitecto, interpretado por Paul Newman, que es quien nos pone en alerta desde el principio, ejerciendo como voz de la conciencia y de la responsabilidad. Un papel realmente magistral, bastante pulido en sus diferentes aspectos, y muy creíble.

Newman está, además, muy bien acompañado por el resto de intérpretes, quizá no tan resaltables como su actuación, pero imprescindibles en una película coral que reúne diferentes puntos de vista y caracteres muy bien marcados, cada uno en su posición en la historia. No faltan tampoco los detalles sentimentales, las historias contadas en primera persona que siempre acercan mejor la tragedia al espectador, haciéndosela sentir más real y más cercana.

Sin duda, una película fantástica para ser más conscientes de la realidad, de los peligros que supone el fuego y de la gran y peligrosa labor ejercida por los bomberos.