Sin duda con esta película Stephen Chow consiguió definitivamente convertirse en el referente de comedia en su país y alrededores abriendole las puertas incluso a occidente donde no logró el éxito esperado, sobre todo con la película Kung Fu Hustle que en España gracias a su pésimo doblaje se la cargaron por completo.

Son éstas pequeñas joyas que llegan sin hacer mucho ruido y pegan el bombazo, creo que no me equivoco al afirmar que es sin lugar a dudas (al menos para mí) la película del año con gran diferencia y recomiendo encarecidamente a que la veáis. ¡Os sorprenderá!

Menuda forma de desprestigiar así un cómic japonés tan mítico. Verdaderamente (disculpad que sea tan contundente) pero es una verdadera bazofia de película, hasta un niño de tres años hubiese hecho un guión mejor... sin contar la caracterización de los personajes, que son un mundo aparte y merecerían otro apartado especial a comentar (pero no lo voy a hacer porque sino no acabría nunca...). En fin, es una vergüenza que se permita hacer películas así y más en los tiempos que corren.

Pues tendría que llamarse La peor película, salvo dos gags mal contados, es la mayor perdida de tiempo de todo Netflix. Ni se os ocurra verla, os aseguro que cualquier otra cosa que hagáis será un tiempo mejor invertido.

Una película que me ha sorprendido gratamente, debido a que el explotado género del terror en estos tiempos es muy difícil de lograr, pero que con esta película se consigue. Hay que agradecerle al director su apuesta tan arriesgada con ciertos aspectos de la película como son los temas políticos y religiosos que no dejaran indiferentes a nadie, y sin mencionar el inesperado y sorprendente final de la misma. Para mí un peliculón en toda regla.