La historia en la que se basa la serie es interesante, igual que la presentación durante los primeros capítulos. Sin embargo, me parece que la trama se diluye a medida que avanza la termporada.

Los escenarios, a pesar de su variedad, me han parecido un poco sosos, no aportando demasiado a construir los personajes o la historia.

Una banda sonora siempre presente y caracerizada por los violines en momentos de dramatismo y las guitarras en momentos de tensión hacían que el ritmo fuese complicado de seguir. Por ejemplo, los sonidos de tensión aparecían desde escenas en las que se desvelaban secretos, hasta otras que podrían catalogarse de tristeza o alivio y que, simplemente, no necesitan este tipo de acompañamiento.

Las actuaciones no están entre las mejores que han realizado estos actores. A mi juicio caben destacar José Luis García Pérez (Lalo) y Ginés García Millán (Fernando), con una Lydia Bosch (Lidia) sobria aunque creíble.

En líneas generales, no recomiendo perder el tiempo aquí teniendo otras posibilidades pero, para gustos, colores.

Es una película fácil de ver, que entra en varios temas (las relaciones entre los hermanos, las ex parejas, el papel que pueden jugar los robots en la vida de los humanos) sin detenerse en ninguno de ellos ni resultar empalagosa.

Cuenta con unos efectos especiales bastante cuidados salvo, a mi modo de ver, los coches que aparecen. Aunque su interior parece futurista y son eléctricos, el aspecto exterior desentona ligeramente.

La fotografía es especial, presentándonos un pueblo nevado en mitad de la montaña, con unos exteriores de naturaleza que envuelven de forma perfecta a la trama y a los personajes, dando un toque más humano y menos aséptico de lo que se esperaría en una película de robots.

Las actuaciones de los actores principales son buenas, aunque no sobresalientes. Destaca la joven Eva, cuyo desparpajo y madurez da profundidad al personaje. También es meritoria la interpretación de Lluis Homar, quien encarna (si así se puede llamar) a un robot entrañable y atento, con diferentes matices a lo largo de la película. No es de extrañar que obtuviera el Goya a Mehor Actor de Reparto.