Arteta presenta una historia simple, concisa y contundente a la vez. Uno rápidamente entra en empatía con el personaje de beatriz, increíblemente actuado por Hayek. A la vez, siente una fuerte aversión hacia el estilo de vida despreocupado y egoísta de la clase alta capitalista norteamericana. Creo que genera una reflexión muy necesaria en los tiempos que corren. La protagonista muestra una ideología sana que se nos va de las manos dentro de las preocupaciones de la vida cotidiana, una manera de actuar frente a la vida que es mucho más legítima y digna que perseguir el lujo banal y el dinero a costa del sufrimiento ajeno.
No puedo dejar de mencionar que la película tiene un cariz de "saudade", muy nostálgico, que llega hasta lo profundo del espectador.
Como cuestión negativa, podríamos decir que el final pudo haber sido un poco más "justiciero", por decirlo de alguna manera. Pero de cualquier forma, el film cierra de tal manera que la protagonista nunca se pone a la altura del antagonista y decide ser feliz volviendo al lugar donde alguna vez amó la vida.