En mi primera crítica hacia una película no me puedo resistir a abordar esta que tanta gente considera lo más de lo más.
Empezaré diciendo que coincido con todos en que es una película muy bien realizada en absolutamente todos los aspectos del cine: ambientación, argumentación, banda sonora que no sobre, actuaciones, desarrollo de la acción emocional porque lo requiere, entretenida, creible etc etc...
Pero en mi opinión para que una película, o cualquier obra artística, esté entre lo mejor de lo mejor debe trascender a su concepto. Es decir, te tiene que llevar a un lugar donde surga un planteamiento de humildad ante algo nuevo con lo que no contabas y que a partir de ese momento va a cambiar tu vida. Algo que te invite a crecer a partir de una visión que desconocías o que sencillamente no te habías planteado.
Y eso en El Padrino no sucede en absoluto. No hay ningún personaje que te abra una rendija, y tampoco ninguna conversación ni escena evocadora de algo trascendente.
Me da la impresión que esa cierta fascinación que ejerce la mafia y que no entiendo hace que la crítica sobrevalore esta película.
Todas las personas que conozco, todas, en mi pequeño y anónimo mundo, incluídas las que me caen de pena, son muchísimo más interesantes que el celebrado personaje de Marlon Brando en esta película. ¿No es vuestro caso?

Da exactamente igual calificar este engendro con un cero que con un diez. Esta movida está tan alejada de eso, que al calificarla con una puntuación puedo notar la risa de John Waters a mis espaldas. Pero por mi parte ahí va un diez como una catedral porque tener semejante jeta a la hora de hacer una película se merece mi más admirable reconocimiento.

Ahora da todo por el saco. Últimamente estoy oyendo una cantidad de gilipolleces sobre la facilidad que tenemos para demonizar a personas que han meado fuera del tiesto que no doy crédito. De repente todos somos jueces de la gran moral de las grandes chorradas, mientras las hambrunas masivas nos aburren soberanamente. La imagen se lo está comiendo todo nenes. ¿La muerte?... Eso no existe hombre, como va a existir si es un coñazo de aburrida. ¿Y el dolor?... otro coñazo insoportable y lo que es peor, pasado de moda.

Así que ahí va mi diez para ese director y para todos los que trabajaron en esas primeras películas de este tío. Para alguien que ha sabido reírse de la moral, de los modernos y de los carcas, de los religiosos y los ateos, de lo correcto y lo incorrecto. Alguien libre. ¿Lo somos nosotros? Yo no.

Siempre pienso en la mamá de John Waters. ¿Iría a los estrenos de su angelito con las amigas del club del monopoli? ¿O tenía todavía más jeta que él? Pienso en esto y me cosquillea el estómago.

A estas alturas ya doy por perdida mi carrera por no quedarme atrás. Me retiro, me bajo de la bici y me voy a tomar un café con leche. El ritmo del pelotón es demasiado fuerte para mí y los productos modernos de doping no me molan. 1Q84 se me ha escapado de las manos, este mundo de las, estupendamente definidas, crisálidas de aire, se me ha ido de las manos creo que para siempre. Las personas ya no somos tales más que en soledad (pero eso es algo que ya no existe ¿no?) así que ahora somos nuestras proyecciones, y en la proyección te tiene que gustar "The Artist".

Pero desde atrás, ya en el pasado evolutivo, resulta que esa película no me gusta, me parece una estupidez sin ningún cuento, o mejor dicho con mucho cuento. Lo único que he visto es una fotografía estupendamente cuidada (¡guauuuu!) y lo demás lo reduzco a un guión de melodrama de preescolar con un envoltorio de lo más seductor pero vacío por completo, acaso destacar un perrito que como sabe correr y hacerse el muerto le quieren dar un óscar.

Yo con esta ablución colectiva no comulgo. Me he sentido como si los creadores pensaran que soy bobito y me estuvieran acariciando para llevarme al huerto. ¿De verdad habéis pensado con serenidad en lo que habéis visto? ¿No pilláis ninguna broma? Los regalos, buenos o malos, son para desenvolverlos, ¿Por qué no desenvolvéis este? Quizás porque así, tal como está, encaja perfectamente y mejor no tocarlo. ¿Será porque esta condescendencia masiva de sensibilidad resulta al fin y al cabo gratis? Y de nuevo otro porqué y así hasta el infinito.

Y en cualquier caso los usuarios podremos escribir lo que queramos, pero los críticos profesionales deberían realizar un ejercicio objetivo y relajado, y no escribir sobre esto como si supieran que lo va a leer con seguridad alguien a quien quieren follarse.

Esta película tiene una valoración aquí superior a "Nosferatu", "Intolerancia" o el puto "Acorazado Potemkin". Échale cojones.

El tiempo, si es que le queda capacidad para ello, nos dirá donde queda esta película dentro de unos pocos años, o meses.

No me preguntéis de qué va esto porque no me interesa en absoluto. Lo que sí me importa es que a mí esta cosa me pone pero de lo lindo. Cada imagen me resulta hermosa a más no poder, yo aquí veo horror, misterio, delicadeza, misticismo, extraterrestres y lo que me echen. Siempre vuelvo a velra una vez más, la sensación que tengo es parón temporal, un paréntesis entre la vulgaridad y la mediocridad reinante, algo hecho desde la más absoluta libertad del Arte. No veo ni una sola mota microscópica de cinismo, ni de urgencia ni de nada sospechoso de pretenciosidad o efectismo.

En estos tiempos que corren, y que han corrido siempre, en que lo desconcertante suele ir unido al rechazo quizás debamos aprender a relajarnos un poco y no menospreciar y mucho menos atacar aquello que no entendemos, no vaya a ser que precisamente en ese hecho resida la riqueza del asunto.

¿Quién quiere entenderlo todo? El día que comprendamos el funcionamiento del Universo puede que nos parezca estúpido, que es lo que me parece a mí, enorme, hermoso y estúpido. Centremonos en pequeñas delicias como esta.

A mí me vale y mucho. A día de hoy seguramente ha perdido impacto sí, pero tampoco creo que en su día tendría mucho porque esto lo vieron cuatro paisanos amigos del director y pocos más.

Aún así esos paralelismos con la película de Pasolini (creo) cuando están haciendo el maricón en grupo lanzando al aire la pregunta ¿Y Jesús y sus discípulos que eran?, me parece harto provocador y original aún hoy en día. Y el juego de la dualidad burra de Jesús y moto del prota también. Además hay algún fetiche nazi que me parece que va en el mismo sentido. Es como si el dardo fuera: Todo es sexo y grupo de tíos es grupo de gays.

Coincido con Del Mar en que el trabajo de montaje es muy bueno. Recordemos que por entonces no existían los programas mágicos de ordenador y con un montaje casero y viejuno Keneth Anger se las apaña para meter un montón de cuñas subliminales. Parece que no pasan más que memeces estéticas y es mucho más que eso. Subyace por debajo algo provocador y ¿dañino?. Así que a mí no me ha parecido una pérdida de tiempo esta media horita, ni mucho menos.