Bienvenida al Olimpo de las mejores series de todos los tiempos.Tiene todo en dosis de excelencia, fundamentalmente las actuaciones. Empezando por un Brian Cox exquisito como Logan Roy, el capo, el número 1. Que se retira pero no. Todos los personajes componen un parnaso de miserias y ambiciones, donde Logan eximio titiritero manipula las debilidades y aspiraciones de hijos y lacayos. Todos diferentes, todos opuestos y complementarios a la vez. Una joya creativa el personaje de Greg. Diálogos y frases para ser citados por cualquiera de nosotros los mortales, hacen un disfrute cada hora de cada capítulo de ambas temporadas. La super producción nos abofetea con el lujo obsceno de ese 1% que maneja todo. Parábola del siglo XXI acerca del poder y los poderosos. Imperdible.

Innegable tributaria a Murakami y su cuento homónimo y otros del libro Hombres sin mujeres, se trata de una película japonesa , otra cultura, con silencios prolongados, con poca gestualidad por momentos y una profunda espiritualidad en los diálogos que van develando capa a capa los conflictos de los protagonistas principales: la conductora y el "Tio Vania". Claro que es por momentos teatral porque la peripecia es más oral que visual, fruto lógico a la cultura japonesa y la inspiración directa del cuento de Murakami. Extensa pero nunca densa. Una obra para reconciliarse con el cine como un lugar de emociones y reflexión.

Larga, pretensiosa pero atrapante. De la mano de actores con magnetismo y naturalidad actoral en el buen sentido la película se defiende de los vicios de la dirección. Gardel nos guía a lo largo de más de dos horas, en un lindo hallazgo de Francisco Fattoruzo.
El blanco y negro luce un recurso quizás innecesario que le da esa cosa pretensiosa a la obra. No es Bergman, no es Allen pero tampoco aburre por este lado.
Quizás además de sólidas actuaciones, en particular el querible Fausto, están un montón de ideas que derraman la historia. Definen y plantean en pocos trazos la cabeza de los millenials: están superados pero inseguros, familia o realización personal, compromiso o egoismo. Hoy pienso algo con convicción, mañana lo contrario sin hesitar.
Finalmente, tiene una cuota de originalidad y es amena, en nuestra querida Montevideo como locación, que hace que no hayamos perdido dos horas de nuestra vida. El director eso sí, puede y debe rendir más.

La precariedad de recursos es notoria. Una historia que tiene como soporte un tema serio y profundo navega con altibajos , incluso cambiando de género, por momentos comedia, por momentos thriller. Sin embargo el tema de fondo, y a mi juicio logrado, es el sentido de la vida. Un perdedor y un veterano se encuentran y juntos se potencian detrás de un objetivo utópico. Esa es la metáfora de la película, sostenido por Nogueira y especialmente por el incombustible Guzzini. Un capo siempre.
Buen cine uruguayo, con carencias pero de actores de fuste,

La idea es original, pero hacer cine es llevar a cabo una idea, construir una historia, con las herramientas disponibles de la mano de los actores. No se logra.Un Denevi columna vertebral , a pesar de algunos excesos, sostiene como puede, una historia que parece narrada por un estudiante de primero. Perrotta acompaña con dignidad. Eso es todo. El resto naufragio. Ni siquiera Troncoso puede levantar la cosa. Parece que se arrimó a dar una mano. Una lástima, la idea del gay decadente recluido en Punta del Este daba para mucho más. El ambiente, la noche, en fin. No se le sacó jugo incluso al pibe taxi boy. Otro ángulo que tenía potencial.