“Rápida y mortal” (1995), dirigida por Sam Raimi (saga “Evil dead”), es una western protagonizado por Sharon Stone, Russell Crowe y Gene Hackman. En esta película Leo no es exactamente uno de los protagonistas pero es el secundario más reconocido actualmente. Si miráis su ficha en Filmaffinity sólo tiene un 4,6 (razón de que esté en el grupo de las malas) pero, no os voy a mentir, ¡a mí me encanta! Digamos que es como mi “placer culpable” (algo que sabes que es malo, pero no puedes evitar que te guste), ¡todos tenemos alguno!

En este caso, y como excepción, no es Leo el que brilla, de hecho, su personaje es el más pobre (dentro de que todos los personajes lo son) de la película. Russell Crowe (primera película norteamericana que hacía) y Gene Hackman en su papel de renegado, son los puntos fuertes de esta película con un guion (Simon Moore) bastante flojo.

“Rápida y mortal” es una película que centra toda su atención en el entretenimiento del espectador con un rodaje lleno de acción y fuegos artificiales. Sam Raimi ofrece algunos momentos desternillantes con algún que otro toque algo gore, marca de la casa. Es un filme muy recomendable para la sobremesa de un domingo de sofá donde más que pensar buscas algo divertido y poco complejo. Y para esto, la mejor apuesta es esta obra de Sam Raimi, ¡que no te engañen! Ofrece lo que promete, ¡entretenimiento para toda la familia sin compromiso!

Cinemásticas, haz hueco en tu calendario

“Tomates verdes fritos” (1991), de la mano de su director Jon Avnet, se erige como una gran adaptación al cine de una novela homónima, obra de Fannie Flag. Aunando una gran fotografía (Geoffrey Simpson), un genial trabajo en cuanto a la música (T. Newman) y una gran labor interpretativa por parte de las protagonistas, nos presentan una de esas películas que sin presentar, aparentemente, ninguna novedad acaban por engancharnos a la pantalla en torno a un título de renombre de la década de los 90.

Mientras avanza la trama descubrimos con ellas, que las vidas de las cuatro se van entrelazando misteriosamente, abriendo muchas incógnitas que se ven suavizadas cuando conocemos a Towanda, ese vínculo o entidad propia que representara la feminidad. Y será esto, esta herencia entregada de madres a hijas, lo que ocupe la trama central, incluida en una vorágine de cuestiones sobre el amor, el racismo, la religión o la muerte.

Esta herencia común hará más trascendentales sus vidas, entender esta conexión intergeneracional cambiará su visión del mundo, dándoles la oportunidad de aprender grandes lecciones de las experiencias vitales de estas jóvenes de su pasado (Idgie y Ruth).

Aunque pueda parecer que tales aprendizajes se desarrollan en una trama lenta y reflexiva, quizás su encanto radique de la combinación de un mensaje fuerte y una cadencia optimista y viva, que nos lleva de la mano en este viaje vital, en paralelo, de las dos historias que narra.

Si nos detenemos en el reparto, parada obligatoria en esta ocasión, habría que diferenciar a las dos parejas protagonistas, el tándem Bathes-Tandy se convierte en un gusto para la vista, ambas ganadoras del Oscar (Tandy por “Paseando a Miss Daisy” 1989, y Bathes por “Misery” 1990), eclipsan en su actuación a Mary Louise Parker (Ruth), que a los más seriéfilos quizás les haga recordar a la serie “Weeds” 2005, y a M. Stuart Masterson (Idgie), que si bien combinan bien en pantalla no pueden ganarle este pulso a la primera pareja.

En cuanto a su palmares, cabe mencionar que aunque hoy en día forme parte de la lista de las mejores películas de algunos de vosotros, en su momento no recibió más que alguna nominación a los Globos de Oro, los Oscar y los BAFTA, destacando que todas estas fueron fruto del trabajo interpretativo de Bathes y Tandy.

Esta película aguanta el paso del tiempo, adquiriendo la solera de los vinos añejos. Su historia sigue siendo algo plausible en nuestros días, y su mensaje alcanza los corazones de los espectadores, prometiendo una entretenida tarde de cine.

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http://cinemasticas.wordpress.com/2014/10/17/tomates-verdes-fritos-1991/

¡Joel Coen cumplió 60 años! Para celebrarlo escogimos la ópera prima de los hermanos Coen (ni siquiera en Wikipedia puedes encontrarlos por separado). Todo en pasado, lo sé, viene con 4 días tarde, pero aun así….

¡Feliz no cumpleaños Joel!

Es el año 1984 cuando los Joel y Ethan Coen hacen su primer combo de escribir, dirigir y producir su primera, de muchas que vendrían, película juntos. “Blood Simple” demuestra claramente lo que viene por delante en la filmografía de los Coen. En este caso decir que, habiéndola elegido por ser la única que aún no habíamos tenido el placer de disfrutar de estos maestros del cine, es una película redonda que sin llegar a ser tan impresionante como otras de sus obras posteriores (“Fargo” o “Muerte entre las flores”, entre otras), sigue siendo una película excelente.

“…a veces en la vida, en determinadas circunstancias sucede algo que hace que las cosas se compliquen aún más…”

Parte del monólogo de la voz en off del comienzo del filme donde claramente se ve resumida la trama del mismo. “Blood Simple” cuenta la historia de un dueño de un “striptease” de mala muerte de Texas que, tras descubrir que su esposa le es infiel, contrata a un detective para que asesine a esta y a su amante. En esta película se aprecia ya el talento de estos hermanos para conseguir que sueltes alguna sonrisa en los momentos más tensos de una película de cine negro. Es que estos dos son un tanto retorcidos y, todos sabemos que nos encanta que lo sean.

Una película oscura, impoluta hasta en el mínimo detalle y con una melodía, obra de Carter Burwell, que siendo muy sencilla, consigue de manera eficaz mantenerte en tensión en todo momento a la espera de algún giro absurdo e inesperado. Para no variar, como en la mayoría de sus películas, convierten una historia de lo más sencilla en una serie de catastróficas desdichas.

Protagonizada por una siempre impecable Frances McDormand (mujer de Joel y colaboradora habitual en sus proyectos) quien interpreta a Abby, la “esposa adúltera” de Marty (Dan Hedaya), enamorada del impenetrable Ray (John Getz) y que va a estar en el punto de mira de Visser (M. Emmet Walsh), un detective que transpira la putrefacción de su alma por todos sus poros. En general, unas actuaciones que cumplen pero que no son lo más destacable.

Para resumir esta insufrible opinión donde no hay mucho que rascar, deciros que si os gustan los Coen y, en especial, su humor enrevesado y algo grotesco, recomendaros al 100% esta película donde se vislumbra su brillante futuro.

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Tercera colaboración del “team Scorsese-DiCaprio”. En esta película, siempre bajo mi humilde criterio, nuestro homenajeado destaca por encima del resto del casting (nominado al Globo de Oro por esta y por Diamantes de Sangre el mismo año). Un casting estelar que incluye a Matt Damon, Jack Nicholson, Mark Wahlberg o Martin Sheen pero, muy a mi pesar, ninguno consigue convencer del todo.

“Infiltrados”, remake de la asiática “Infernal affairs” (película que no he visto, por lo que no puedo opinar cual supera a cual), es un thriller que le otorgó a su director, Martin Scorsese, su primer y único Oscar a mejor director (tendría que tener más y no exactamente por esta película).

El filme nos cuenta una doble infiltración, un agente que pareciendo el malo tiene que infiltrarse en una organización criminal (DiCaprio) y la de un agente que pareciendo bueno es el infiltrado por parte de dicha organización en la policía (Matt Damon). Es una película que durando más de dos horas y media, se hace corta. Debido a un montaje frenético, consigue mantener la tensión en todo momento y que, pese a un final en el que parece que el guionista (William Monahan) ya no tenía muchas ganas de trabajar, no para de sorprender al espectador (tanto positiva como negativamente). No deja de parecerme increíble que el mayor mafioso de Boston o el mejor policía del departamento puedan llegar a ser tan sumamente “tontos” (¿ciegos?) en algunos momentos.

Por último, destacar la brillante elección de la banda sonora que desde el principio, en la primera aparición de Costello (Jack Nicholson) con los Rolling de fondo, no para de mejorar.

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Este título nos muestra los verdaderos conflictos raciales que se vivieron en Estados Unidos en la búsqueda de la igualdad racial en los años 60.

“Arde Mississippi” (1988), largometraje obra de Alan Parker, muestra la cruda realidad en la que se vio inmersa la población negra en algunos estados del sur profundo de Estados Unidos. Mas específicamente, muestra lo que pasó en el llamado Freedom Summer de 1964 donde, intentando que el pueblo afroamericano pudiera ejercer su derecho a voto en estos estados, solo consiguieron que aumentase la violencia y que se llevara a cabo el asesinato de tres activistas en el estado de Mississippi.

La película retrata claramente el terror que tuvo que padecer la población norteamericana a manos del Ku Klux Klan, también conocidos como “imparables anglosajones cristianos” escondidos tras máscaras de tela blanca. En este caso, tres activistas, dos hombre blancos y uno negro, desaparecen misteriosamente y dos agentes del F.B.I., interpretados brillantemente por Gene Hackman y Willem Dafoe, son los encargados de llevar el caso. Pero, por extraño que parezca, la llegada de los agentes solo hará que las cosas se pongan aún peor y la violencia no deje de crecer.

“Provocará una guerra.
Ya había una guerra aquí mucho antes de que llegáramos”.
-Agente Alan Ward

La película cuenta con un gran reparto de profesionales que consiguen mantener tenso al espectador durante las dos horas que esta dura. Empezando con los agentes del F.B.I., nos encontramos con un antiguo sheriff sureño, duro y de dudosos métodos policiales interpretado por Gene Hackman, el cual recibió la nominación al Oscar al mejor actor por esta película; en contraposición, encontramos al correcto y profesional agente Ward, brillantemente interpretado por Willem Dafoe.

Frances McDormand, ganadora del premio de la Academia en otra ocasión y nominada al mismo por este preciso título, interpreta a la mujer del ayudante del sheriff que, pese a lo concedido inicialmente, demuestra que no todos los sureños son los ignorantes racistas que la imagen pública difunde.

También señalar las actuaciones de otros actores como Brad Dourif, el ayudante del sheriff (su actuación os será familiar por lengua de serpiente en la trilogía del Señor de los Anillos) o la de Stephen Tobolowsky como Clayton Townley un empresario y político a favor de la segregación, más conocido en televisión, por ejemplo, en series como “Californication” o “Heroes”, entre otros.

En resumen, “Arde Mississippi” es uno de los ejemplos de cine comprometido en la denuncia de los derechos sociales que es capaz de hacerte pensar y que, con imágenes impactantes e intensas (obtuvo el Oscar a la mejor fotografía) consigue remover la conciencia del espectador en todo momento. Buen ejemplo de esto sería el discurso de Mrs. Peel (Frances McDormand) donde señala que:

“Nadie nace odiando, se te enseña”

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