Una noche de verano, cuando en algunos pueblos había cines al aire libre, vi esta peli, y así la habré visto otras 30 o 40 veces más. No se si se quedó en mis jovenes 7 u 8 añitos esa sensación de superaventura juvenil, que desde entonces he estado deseando tener una similar.

Cuando ahora hablamos de piratas, nos aparece en la mente el capitan Jack Sparrow, pero lucharía en mi mente con Willie El Tuerto en una batalla en la que dificilmente ganaría uno u otro.

No quiero decir con esto que sea la mejor película que haya visto nunca, pero si es la que mejor ha sabido reflejar, para mi gusto, el sueño de los niños de los años 80, cuando aun no había llegado la era de las consolas y tirarte el día en la calle era lo más común del mundo y donde siempre encontrabas cosas que hacer con los amigos y en verdad soñabas con ciertas aventuras.

Ahora tengo edad para tener crios (que ya de por si es una aventura), espero que puedan disfrutar de ella como yo lo hago cuando la veo.

Quizás una de las películas de amor más reales del cine, cuando el puro deseo (por Keitiel) y el puro desprecio (por Holly Hunter) del uno hacia el otro va llegando poco a poco a convertirse en amor.

Como cierto sacrificios se convierten en gestos de verdadero amor (eso es lo que pretendemos cuando los hacemos, aunque la mayoría de las veces el otro u otra afectado/a no se da cuenta) y que se anteponen a cualquier dificultad.

Cuando nos criamos en ciudades o pueblos ciertamente beneficiados por la fortuna de la riqueza, entendida esta como la posibilidad de ir todos los días al cole, comer tres veces al día y poder jugar sin miedo a raptos, tiros o drogas, todo lo que vemos que se separa de este estilo de vida nos parece bárbaro o cosas propias de animales. Por eso esta película, que será un reflejo casi exacto de muchas ciudades menos afortunadas que en las que vivimos, nos muestra como pocas que en como dice "Ser honesto no trae cuenta" y yo añadiría que es contraproducente incluso.

Aunque no es una película para niños por la violencia tan cruda que muestra, sería aconsejable para todos los que nos hemos convertido en personas demasiado caprichosas con la vida tan generosa que tenemos vieramos esta película tan real y aprendieramos que poder soñar todos los días es en verdad un regalo de Dios.