Lo principal es que me olvidaba por completo que estaba viendo una serie, que eran actores y todo era mentira. Es increíble cómo me hicieron sufrir, a veces sentía que podría pasar algo así en el mundo real. Lo que me daba miedo era la gente y su paranoia, las muertes eran horribles para mi cabeza; no podía concebir lo que veía. He llorado un montón de rabia. Ha sabido captar muy bien cómo actúa el ser humano ante la ignorancia y el miedo. Lo mejor de todo es el pedazo de guiño que le han dado a Corea del Norte, con el nombre que le han puesto al Presidente, 2 Mellizos Más Distintos no existen. Desde el segundo capítulo lo supuse porque todo me recordaba a lo que allí viven, pero ya con el nombre del Presidente a partir del capítulo 4 y la foto del Presidente con los niños sonriendo (igual que la que tiene el del Norte), fue como un letrero de neón. Es increíble el trasfondo que tiene y lo triste es que, si esa es la realidad que viven, pero más me entristece que la gente no pillara esta cara y solo la hubiera visto como una serie absurda. En su país estoy seguro que habrá resonado con fuerza y la gente que no quiere hablar de esto habrá enfurecido. Yo me levanto aplaudo y les digo: ¡ole! Ese es una bonita forma de luchar y expresar a través del arte una realidad para aquellos que usan su cabeza para pensar más allá y para pensar en los demás. Quiero dejar claro que Corea, como España o Arabia Saudí (por ejemplo), son países distintos en cuanto a formas de expresarse o de sentir y sé que mucha gente (y críticos) están empezando a ver series y películas coreanas a raíz de los éxitos de "Parásitos" o "Squid Game". No han nacido con películas asiáticas y no tienen la costumbre de ellos de su cultura o forma de ser, y critican la personalidad de por ejemplo Son Ko Hie (nombre inventado), juzgándola de estar mal hecha. No solo es que Son Ko Hie no va a actuar, moverse ni pensar como Laura, nacida en México, sino que además se la ven con el doblaje de Sandra Idalgo, una tía que lo más cerca que ha estado de Corea es comprarse una crema para la cara por internet. Obviamente no la va a caracterizar con su forma de hablar ni de lejos, porque encima es una cultura muy, digamos, diferente en casi todos los pretextos. Más aún que Japón, Corea es de las más peculiares en cuanto a formas de ser, y para terminar un ejemplo: yo cuando vi esta película (me ha pasado con muchas coreanas) decía: "¡pero dale un beso que muere!", o "¿pero no le abraza?". Son pensamientos de un español, que no encajan en su cultura; y aunque a ti te falte ese "toque", para ellos sobra. Y lo mismo podrían pensar ellos del resto del mundo y sus películas: "que nos pasamos el día follando y en paños calientes".

La crítica que más me enfurece es "no es realista". Claro que no, ¡no son las vacaciones de tu vecina! Es una serie, no tiene que ser realista. Tiene que entretener, divertir, tener sentido dentro de la unificación de escenas, contexto y personajes. Si quiero realismo, ya tengo la vida; no quiero realismo más allá de mi ventana y bastante subrealista es ya de por si la vida pasando. Y, desafortunadamente, la gente confunde el realismo tanto en las series como en el arte en general. Ven un cuadro abstracto y dicen: "No es realista". Pero amigo, la idea no es esa. Es que a través de algo "ficticio" puedas ver una realidad de una forma más disruptiva. Es como ver Avatar y decir: "No es realista"; hombre, pues no, los indígenas no son azules. Pero ese color que han escogido es para remarcar su color. "Es que hablan con las plantas". Pues para representar su conexión con la naturaleza. Todo tiene un propósito. La idea de este tipo de arte es que pienses y te sobrepase como el mundo real no lo hace. Si una piel negra no te dice nada, te la pongo azul. Da igual, lo importante es que veas que otro color no es peor, es simplemente diferente, pero igual. Pues estos monstruos igual, definen de forma radical algo que pasa en corea, en ambas y es así de fuerte o mas.

La chica no quiere a uno de ellos, el chico es gay, el otro es bisexual, pero ninguno quiere tener una relación de tres. El protagonista vive una historia parecida a la película "El Bola", pero con un presupuesto reducido. Todo acaba bien, pero no se cuenta qué pasa con la tríeja. Esta es la historia de un padre homófobo, un gay reprimido, un bisexual enamorado de dos personas y una chica enamorada del que es gay. La madre del protagonista muere, y alguien mata al padre, presuntamente el protagonista, el hermano pequeño, pero luego el mayor testifica que él fue el que lo mató; sin embargo, al final se olvida que testificó, por lo que al pequeño no le hacen nada porque fue en defensa propia. La generación actual no es tan abierta como se vende y un profesor gay les ayuda, pero al final intentan despedirlo. Aplausos y fin.

Una reportera que va a grabar 24 horas con bomberos acaba encerrada en un edificio con unos policías donde, aunque de forma algo exagerada, los vecinos con sus alertas exageradamente españolizadas van convirtiéndose en zombis sin ninguna razón aparente. Los sobrevivientes van subiendo pisos sin ninguna lógica más allá de huir de los zombis, hasta que llegan al ático donde no se verá nada hasta que un monstruo los ataque. ¿Quién es el monstruo? ¿Qué tiene que ver con los zombies? ¿Era un virus? No lo sabemos. No te pierdas la segunda parte para enterarte de lo que sucede. Esta película es de lo peor que he visto en mi vida; no me trasmitió ningún sentimiento más allá del aburrimiento infernal con esta actriz, eso si que da miedo, ver a Manuela Velasco en una pelicula.