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Críticas de FilmsAndChips
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Críticas ordenadas por utilidad
8
21 de noviembre de 2010
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una tarde cualquiera, dos personas, dos individuos deciden ir al cine. Uno, al que a partir de ahora nos referiremos como Espectador A, se sienta en la sala dispuesto a disfrutar la tarde, a dejarse entretener. El otro, Espectador B, le llamaremos, se sienta en la misma sala dispuesto a ver la película, expectante de lo que el film puede llegarle a ofrecer. La sesión comienza. Hora y media después, se encienden las luces de la sala (metafóricamente hablando, claro) y nuestros dos espectadores se encaminan hacia sus casas. El Espectador A, sale del cine con una sensación extraña, se siente raro y deprimido por lo que acaba de ver. El Espectador B, sin embargo, sale complacido y con la sonrisa en los labios. Ambos han visto la misma película, sin embargo, la predisposición de B ha hecho que capte un detalle que a A se le ha pasado por completo. La gran tragedia que acaba de presenciar es en realidad una patraña. Una patraña que camina entre la comedia más absurda y el drama más cruel. Porque "La Mosquitera" es eso, una cinta inclasificable, una experiencia arriesgada con la que solo los más dispuestos podrán lidiar.

La historia comienza desde una ángulo totalmente Bergmaniano: una pareja en crisis, un hijo con problemas emocionales, una inminente ruptura del seno familiar. El matrimonio se separa, el marido seduce a la asistenta y la madre comienza una aventura sin sentido con un amigo de su hijo. Sin embargo, poco a poco, situaciones absurdas y dispares van apareciendo ante nuestros ojos, disfrazadas por lo común, lo diario de las mismas, y protagonizadas por personajes que, afortunadamente, nada tienen de cotidiano: una cuñada sádica, un abuelo ventrilocuo y un amante maltratador y menor de edad, por no mencionar al hijo heroinómano y obseso de los animales de cuya adicción sus padres ni siquiera sospechan. En este momento, es cuando el director comienza a mostrar sus cartas. Nos habla de la absurdez del lenguaje, de lo ambiguo del mismo y cómo a través de él, se puede cambiar nuestra percepción de la realidad y por tanto, la realidad misma. Nos muestra con saña descarnada una filosofía que se aleja de Bergman y se acerca a Houellebecq. Se ríe de los personajes, los acosa e introduce en una colorista red de araña (nunca mejor dicho), que podría haber sido tejida por el mismisimo Buñuel.

Y como punto añadido, Vila consigue mostrarnos todo esto de forma sencilla, sin grandes alardes técnicos ni de guión. Sin darse la menor importancia. Y esto, a día de hoy, en el reinado de la gafa bicolor, si que es de agradecer.
FilmsAndChips
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