Resulta que en Cuba eran todos homosexuales. Los revolucionarios homosexuales reprimidos y los contrarervolucionarios homosexuales plumeros. Menos mal que el personaje de Bardem está clavado y salva la película sólo por ver su interpretación. Pero la película: liosa, ridicula en muchos momentos y hasta torpemente rodada. Sólo tiene a Bardem.

El guión es de 10. Las interpretaciones son también muy buenas, pero le falta algo para ser una película sobresaliente, quizás le sobre sobriedad y le falten colores. De todas formas creo que la veré por tercera vez.

Lenta, poco elaborada, aunque la va salvando cierto alo de humanismo antibelicista y algunos conatos de crítica que no llegan a fructificar. Al final, no se si el guionista o el director, "le pega una patada al jarro" y "sale por peteneras", es decir: "se arrima al querer" y remata con los más pedantes tópicos patrioteros, a los que suelen agarrarse las películas convencionales que no tienen nada que decir y acaban masturbando la egocentricidad de la Casa Blanca. El mejor resumen es su cartel: Parece que se vislumbra algo, pero al final en el fondo surge el banderón. Eso es todo.

No llega a la genialidad de otras obras maestras de Coppola, porque esta no es una obra maestra de Coppola. Es un nuevo ensayo, como si estuviera urdiendo algo, como si estuviera probando a ver como hilvana una nueva obra maestra distinta a las que ya tiene en su haber. Y es de agradecer que un hombre con la edad que tiene siga investigando en el Cine.
Es puro cine, con sus retazos del hermano teatro, su poesía en las imágenes en blanco y negro, su acompañamiento operístico y su pizcade danza. Arte por el arte, mezcla de estilos, coctel de géneros... parece que más que mostrarnos, lo que nos quiere es hablar o recitarnos con imágenes.
Es cine, puro cine como sólo él sabe hacerlo.

Ya me advirtieron: "No la veas que es muy mala". Pero a mi me parecía que en una película donde trabaja Oscar Jaenada algo bueno tenía que haber. Yo he visto películas que podían ser ridículas, pero nada más con la presencia y el buen hacer de Jaenada se salvaba, aunque sea por los pelos. Esta no, esta ni por los pelos, Jaenada está torpemente desaprovechado, Coronado, como otras tantas veces, sobreactua, la italiana, siendo italiana nunca parece italiana, y el resto de malos malísimos que pululan por la pantalla sacan de quicio a cualquiera.
No me creo nada, pudiendo ser todo verdad, no me emociona en ningún momento, es toda tan lineal..., los tiempos tan mal medidos, escenas como las de las monjitas tan que no vienen al cuento, ¿Los curas tan malos, tan metidos de lleno?, ¿Qué es esto...? Y para colmo, la escena tan de dibujos animados, en la que la novia mala y la cojita buena, como si fuesen el angelito y diablito subidos cada uno a un hombro suyo, lo acosan en la cama para llevarselo al infierno malvado o al cielo estupendo, ¡Patética! No hay por donde cogerla, aún así, sigo pensando que estando Jaenada en la película algo se podría haber salvado.