Una aventura de ciencia ficción futurista, metafísica y antropológica que pone a prueba a John Boorman en tres áreas creativas. Logrando crear una película de ciencia ficción de bajo presupuesto en una película de alto perfil utilizando solo espejos y prismas como sustitutos de las tecnología habituales en los 70´s.

Los resultados: dirección, buena; guion, una premisa brillante con una furia culminante; y la producción, sobresaliente.

Sabemos que el terror es probablemente el género más indulgente que existe por ser derivado. Casi todas las películas de terror modernas tienen muchas influencias, incluso la tendencia reciente de películas de terror elevadas que intentan decir grandes cosas con el estilo artístico y derramamiento de sangre.

Y este film claramente va por la retoma de “Texas Chainsaw Massacre". Utilizando una estética found footage (metraje encontrado) junto a los inicios de la industria XXX, como parte de los iconos socio-culturales del norteamericano de los 70s. No obstante, es recomendable completar este film con el siguiente trabajo del director que lleva por nombre “Pearl” para poder entender la esencia de la trama. Simplemente "X" es una pequeña introducción a una excelente saga.

Así como “X” se inclinó hacia el escenario de los años setenta para crear un homenaje a “The Texas Chain Saw” y otros iconos de la época. aqui podemos apreciar como el director toma una influencia similar de la América de 1918. Al deshacerse del grindhouse, adoptando el tecnicolor completo, con un toque del "El mago de Oz" (El largo camino, el espantapájaros y la obsesión de salir de ese mundo) en versión Gore. Inclluyendo personajes sombríos pero coloridos que poco a poco le otorgan más sentido al mundo de “X”.

Lo que hace que Pearl sea sorprendentemente brillante en comparación con “X” es que, en realidad, contiene una trama profunda con elementos slasher, y no al revés.