Mamma mia es, junto a Love actually, una de esas típicas películas que un hombre no puede decir que le gusta. Parece que en cuanto a uno de nosotros se nos pregunta sobre este tipo de películas, aunque realmente nos puedan entusiasmar, tengamos que responder con una contestación tibia (del tipo "bah, para pasar el rato no está mal") o directamente negativa ("menuda película moña, es ridícula y cursi") para que no baje nuestro nivel de virilidad. Es cierto que la película está repleta de situaciones absurdas y que tanto las coreografías como los doblajes de los inmortales temas de ABBA pueden dejar bastante que desear. Seguramente un espectador objetivo con esta película (lo cual no es mi caso) pueda sacarle mil y un defectos más. Lo único que sé a ciencia cierta es que cada vez que la reviso me entra una felicidad inexplicable y un buen rollo que me hace ver las cosas de una manera más optimista, y eso me llega y me sobra para considerarla, siempre a nivel estrictamente personal, como un auténtico peliculón.

En mi opinión, el problema que plantea Interstellar no es tanto la película en si como la actitud que adopte el espectador ante ella. Me explico. Christopher Nolan no conoce, a ciencia cierta, la naturaleza del Universo, ya que, en caso contrario, estaría haciendo cosas bastante más interesantes de lo que es esto: un producto de entretenimiento. Así, particularmente creo que esta película es más valiosa por aquello que sugiere que por otra cosa. Por ello, globalmente he quedado satisfecho de ver Interstellar, no porque sea una película sin carencias, que las tiene (un guión con tantos agujeros para un espectador medio como un queso gruyer y algunos momentos realmente mediocres que menciono en el spoiler), sino por aquello que me hizo pensar al salir de la sala de cine (la necesidad de cuidar de nuestro planeta, la hostilidad del Universo que nos rodea, la insignificancia de nuestro pequeño sistema solar y, ya no digamos, de la especie humana, etc.). En resumen, aquel que vaya al cine a buscar la esencia del Universo y a que le expongan una explicación milimétrica de todos los parámetros que lo componen, mejor que intente aproximarse a ello leyendo algún libro de Stephen Hawking. Mientras, aquellos que quieran ir a vivir una buena experiencia que también les haga pensar algo más sobre aquello que los rodea pueden encontrar provechoso el visionado de Interstellar.