Sorprendente reconstrucción del Bulevar del Crimen, en 1840, con la rivalidad del 'mimo' Debureau y del actor Frédérick Lamaître (símbolos respectivos de dos modos de vida: el del introvertido soñador y el del extrovertido hablador), los dos enamorados de la misma mujer, Garance. Es de celebrar el picante contrapunto de la vida privada y la ficción teatral y, de una manera general, la puesta en escena, rica en decorados pintorescos y en movimientos de masas, la interpretación y, por fin, los diálogos de Jacques Prévért [algunas frases memorables, por ejemplo: '¿La novedad? Pero si la novedad es tan vieja como el mundo']. Los diálogos señalan, a la vez, los méritos y los límites de la obra en el plano fílmico propiamente dicho. La imagen sirve al texto. El libreto domina la partitura.

La película hay que comentarla desde el momento histórico en que se hizo, y los valores en juego. Naturalmente el cine, y Hollywood, tienen sus intereses comerciales que no necesariamente deben coincidir, en el presente caso, con las ideas que tenemos de nuestro propio desastre golpista históricamente sufrido. Me sirve de testimonio vivido como hijo de la posguerra: miseria y hambruna, pese a los opinadores fascistas que asoman por este balcón cultural.

Gran filme, es una pena que Gandhi se haya metido en su camino, impidiendo un óscar. Buena dirección, guión e interpretación (magistral Paul Newman). En EE.UU. puede haber trapicheos de justicia en la trastienda, pero siempre queda la auténtica JUSTICIA del jurado. Ahora que está desacreditada como nunca la injusticia española, les dará vergüenza ajena (porque carecen de la propia) a los de las togas españolas si la llegan ver hasta el final, cosa que dudo..

Ante todo aclarar que, en la reseña periodística, el becario de turno dice que la prima Bette se casa con...

Pues no, señores, el tal muere a manos de su mujer, que no es la prima Bette.

La obra está muy bien ambientada en su época. A quienes no les guste este tipo de películas les digo que, si por mí fuera, el cine actual moriría de hambre. Donde estén escritores como Balzac,
que se quiten los efectos audiovisuales y demás fantasmas-para-nene-de-egb-con-móvil-en-la-mano-perdiendo-el-tiempo-y-arruinando-a-sus-papás.

La música es vigorosa y acorde con las situaciones. Opino como quien abre esta crítica: No entiendo cómo no ha sido más valorada, quizás por coincidir en su momento con otra tanda de FÚRGOL Y OLÉ.

Los veteranos también pueden hacer (y de hecho las hacen), buenas películas como esta. Luego están los que encuentran pegas de incredulidad porque un actor de edad se suba a un andamio. Mal pretexto para bajar nota. Veo en IMBD que el promedio de nota entre estadounidenses y no estadounidenses oscila entre 6,1 y 6,4 de los 655 votos emitidos. Lo que evidencia algo ya sabido: para gustos, los colores. Yo también tengo mis reparos con otras películas y actores, y no necesito tragarme obras de cierto genero, no para puntuarlas bajo, si no porque no pierdo el tiempo en verlas. Esos fornidos salva mundos que lo hacen mediante pegar mamporros a diestro y siniestro, sin que se fracturen los huesos propios de la nariz, me resultan increíbles y paso de ellos, igual que paso del botafumeiro destinado a número circense para turistas de la sepultura de un santo inexistente, ya que en Santiago de Compostela no está el tal, sino un sarraceno. Al menos los franceses abrieron la tumba de Napoleón Bonaparte para asegurarse de que los restos yacientes eran los del otrora Emperador.