Fui a ver esta película con muchísimas ganas: "poco convencional", "cine del bueno", 7.4 en filmaffinity... El largometraje, apoyado por los redactores de la prestigiosa revista francesa "Les Cahiers du Cinéma" y hasta con el visto bueno de Carlos Boyero me tenía loca desde hacía días. Des de luego quedé sorprendida, pero no en el buen sentido.

La idea general me pareció buena pero acabé saliendo del cine con sensación de desperdicio. La película tiene algunos momentos estelares como el principio. Lo peor: demasiadas escenas y diálogos vacíos que no aportan nada a la trama así como personajes poco profundizados que resultan poco más que adornos. "Las sorpresas se suceden y te atrapan", dice Boyero. Pues a mi la trama me pareció muy previsible.
Lo único bueno son el personaje y la interpretación de Isabelle Huppert que, la verdad sea dicha, me recuerda un montón a la película de Haneke, "La pianista"

Me da casi miedo decirlo visto la ovación general pero que queréis: yo la pondría en la parte baja del montón.
Estoy a la espera de la crítica de la Vaca de Twister.

Pelicula de suspense que aborda la homosexualidad sin ninguna frontera, sin prejuicios, de forma natural como si de una pelicula en dónde los personages son heterosexuales se tratra. La trama, puntuada por ciertos momentos de humor (sobrio) mantiene al espectador alerta, como cualquier buen thriller, aunque se desarolle de forma integral en el mismo sitio. Los personages son interesantes, tienen carisma y algunos son diferentes/nuevos en comparación a lo que ya se ha visto mil veces.
Se aleja totalmente de toda la masa de peliculas "para gays" centradas en intentar emocionar al espectador y hacer pasar el mensaje de “se tu mismo y no te escondas”, clones unas de otras por la trama, el estilo de banda sonora, o la personalidad y el físico de los personages.
Aquí, la homosexualidad ya no se muestra como una libertad por defender, sino como todo lo normal que es, reflejando así el profundo y reciente cambio de mentalidad de la sociedad (puesto que en otros tiempos la pelicula habría sido probablemente censurada).
El director va aún más lejos y rompe los tabús del cine mostrando desnudos integrales y escenas de sexo explícito excluyendo los recursos musicales habituales que interferirían en la voluntad de enseñar el lado más normal y banal del sexo.

Cruze entre "Coherence", "Get out". Tyrel es un retrato brillante del malestar e incluso la paranoia provocados por el hecho de encontrarse aislado y fuera de lugar en un evento social sin poder largarse. El director se apoya sobre el precedente creado por Jordan Peele en "Get Out" para jugar con las expectativas del espectador. Sin embargo la apuesta es arriesgada y, desgraciadamente, todo lo que "Tyrel" gana en sutileza al mostrar la naturaleza del racismo de hoy en dia en la sociedad americana, lo pierde con su falta acción dramática. La sensación que te deja al acabar es la de de "¿Y ya está?".

Requiere un poco de paciencia, atención e incluso más de un visionado para disfrutar al máximo la riqueza del guión. Pero la recompensa merece la pena.
Se trata de una experiencia cinematográfica 100% recomendable menos para quien va en busca de un slasher en el sentido estrícto del término. Si bien el metraje cuenta con cocineros caníbales, ruidos de cuchillos, sintetizador atonal, historias de fantasmas, un asesinato, sangre y adolescentes reunidos en un lago, dichos elementos, todos típicos del género, obedecen aquí a una lógica y un propósito distintos. El director transgrede las leyes del espacio y del tiempo: pasado presente y futuro se entrelazan en múltiples bucles en este plano secuencia de más de dos horas y tejen una sutil reflexión sobre lo sobrenatural cuyo tono oscila entre realismo casi documental y onirismo.