El amor. Que polémico, entrañable, paranoico, inquieto, excitante, vulnerable, armonioso y sensible sentimiento. ¿Podría tardar alguien casi una vida entera para decir un simple ‘Te quiero’?

Jeux d’ enfants o Quiéreme si te atreves es un maravilloso drama romántico francés que enternece totalmente al espectador cautivándolo desde el primer momento, adentrándolo cada vez más en una historia extraordinaria de la que no querrá salir. Yann Samuell, como director y guionista, consigue a la perfección unir la fina línea entre lo fantástico y lo corriente, dejando que el mismo receptor encaje todas las piezas del puzzle que los mismos protagonistas plantean a lo largo de la película sobre su compleja historia.
Sin ninguna duda, una de las narraciones fílmicas más elaboradas y brillantes de la última década. Cualquier amante del cine que no haya podido saborear todavía la suculenta variedad cinematográfica que la cultura francesa ofrece, le recomendaría encarecidamente emprender una viaje desde Jeux d’ enfants, continuando por Une affeire priveé, La vie en Rose, L’ecole y terminando, como no podía ser de otra manera, por la inolvidable Amelie.
Al igual que sucede en el film, esta conmovedora historia romántica llegó a mí por azar. La actriz principal, Marion Cotillard, ha sido y será siempre para mí un referente cinematográfico importante. La forma de expresarse, su modo de actuar, esa particular belleza que la caracteriza... Todo en ella es impecable. Por ello, y al ver algún que otro trailer furtivo, me decanté para verla. Y nunca había estado más acertada en mi elección. No tenía demasiadas expectativas cargadas en ella, lo que la hizo aún más maravillosa.
Podríamos destacar tantas cosas variadas y diversas del film que jamás acabaríamos. El guión brillante, repleto de frases ingeniosas e inolvidables, que te enternece, te engancha y te cautiva. Una narración impecable a la par que una actuación llena de talento por parte de todo el reparto, tanto de los protagonistas como de sus colaboradores. Los planos, cortos e intensos, cargados de un colorido que no deja indiferente a nadie. Y, sobre todo, el final apoteósico que deja al receptor boquiabierto y a la espera de que pase algo más.
Jeux d’enfants no es sólo una historia de amor, cargada de ñoñerías baratas y frases empalagosas que podrían espantar a los espectadores menos receptivos en este tipo de ámbito cinematográfico. El film va un poco más allá que las demás películas románticas, y no sólo trata temas como el amor, sino que también expone las dificultades que a veces puede presentar la vida y el empeño que has de poner para superar los obstáculos que se te presenten, no importando a veces sus consecuencias. Se la recomendaría a cualquiera que pueda tener la capacidad de dejarse evadir por un mundo que cruza la línea de la cordura hasta llegar de nuevo a la sensatez más aplastante.

Ayer, retomando mi antigua manía y tradición de cine en Domingo, fui a ver la nueva película de Julio Medem, "ma ma". Lo justo sería decir que antes de ir apenas había visto y leído sobre ella. Sí que Penélope estaba enorme y que era muy triste, pero eso dependiendo de quién, puede ser cualquiera cosa. Soy de esas personas que disfrutan con los spoilers, pero de vez en cuando, me encanta dejarme llevar por ese nosequé.

De algún modo, lo que me generaba esta película eran dos cosas: Expectativas y odios. Julio Medem fue un maravilloso descubrimiento en mi adolescencia, y aunque sus últimos proyectos no llegaron a ilusionarme ni a recordarme siquiera a sus primeros trabajos, las expectativas estaban abiertas sobre la mesa, tímidas y contrarias a la vez. Él me enseñó que hay muchos tipos de cuentos y muchos tipos de realidades y, sobre todo... Yo que sé, Otto y Ana han hecho mucho daño y mucho bien en mi vida.

Y luego está el odio. Que ya lo dice mi madre, "odio es una palabra muy fuerte", pero si alargamos la palabra a un término más actual, ese odio se correspondería realmente a un "ni fu, ni fa" en toda regla. ¿Y de qué hablo? Pues de Penélope Cruz. Antes de nada, diré que a pesar de no apreciarla del todo, admiro su dedicación y siento que merece estar donde está, porque se ha labrado una carrera de aúpa. Pero aún así. No es ella, ni soy yo. Es simplemente que no me va. Lo he intentado y puedo reconocer buenas interpretaciones en trabajos como "Volver" o "Los abrazos rotos", pero también tengo la mano recta para decir que su papel en "Vicky Cristina Barcelona" está muy sobrevalorado, pero qué es entendible el por qué triunfó tanto en Hollywood. No es desinformación sobre ella, es que no me acaba de gustar.

Y así estoy. A las ocho de la tarde, instalada en mi butaca en los cines Princesa y no sabiendo muy bien qué esperar. Y de repente, empieza y me olvido de todas mis expectativas y mis odios y dejo que Medem, de la mano de Penélope, me narre un cuento, como solía hacer antes.

"ma ma" es una película que cuenta la historia de Magda, una maestra y madre separada que vive junto a su hijo, Dani. Todo su mundo dará un giro cuando su ginecólogo le detecta un cáncer de mama. A pesar de que el pronóstico es bueno, Magda decide pasar por el mal trago sola y envía a su hijo fuera para que no tenga que sufrir algo que no le ha tocado. El futuro de Magda es incierto, pero ella tratará de permanecer siempre optimista y positiva, valiéndose de la ayuda y apoyo de la gente más cercana a ella.

Creo que puedo decir sin miedo a equivocarme, que "ma ma" no es un film en el que todo vaya a favor de la historia. No, esta es una historia de personajes y de detalles. De hecho, considero que muchas veces la historia en sí es un lastre y son los personajes los que la sacan a flote y la alejan de algo bastante lineal y hasta diría predecible.

Y luego está Penélope, que rodeada de unos secundarios carismáticos, se come la pantalla y nos regala una Magda con la que disfrutar y sufrir, y sobre todo, reír incluso cuando no hay nada de que reírse. No sé si estamos ante la gran interpretación de su carrera, pero esto deja claro que se ha ganado con creces el llamarse actriz. Luis Tosar está estupendo, con un papel complicado y difícil de llevar, pero que ha sabido resolver con nota. A su vez, cumplen de manera correcta Teo Planell y Asier Etxeandía, el cual para mí desmerece con tanta secuencia musical (aunque aquí si puedo decir, que no soy para nada imparcial, odio tanta canción)

La realización para mí es de análisis y fuera de acercarse a una planificación tradicional, Medem sorprende y arriesga y salva muchas secuencias de la monotonía con su visión de director. Ésta misma acompaña indudablemente a lo que es la alegoría de la película: Incluso la muerte puede dar vida. Y eso es algo presente en cada plano del director donostiarra.

En resumen, no sé que opinar globalmente, no sé si es una genialidad o más de lo mismo. Pero si hay algo que tengo claro, es que salí del cine con ganas de hablar con mi madre. Y obviando lo que he comentado en el resto de la crítica, al fin y al cabo, los cineastas están aquí para narrar historias y que eso cree un efecto en la vida del espectador.

Así que por lo que a mí respecta, fallo arriba, fallo abajo, han sido dos horas de cine del Julio Medem que mí me gustaba. Gracias por volver.

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