Lo mejor; algunos gags, el brillante diseño 3D de los metalizados y la adaptación de una historia protagonizada íntegramente por robots, lo peor; el previsible guión y el final "made in hollywood" carente de ingenio. Sin embargo, pasas un buen rato.

A pesar de lo que digan las críticas de arriba (demoledoras) yo la disfruté dejándome atrapar por su fotografía, su música y una trama que aunque desprovista de diálogos, cumplía el cometido de servir de enlace en una cinta repleta de imágenes sugerentes.

Llevaba tiempo queriendo ver esta película, y al verla no entendí como una película con un derroche tan fantástico de imaginación podía tener un guión tan flojo. La sucesión de episiodios irregulares, consiguió que no dejara de mirar el reloj esperando que se acabara.

Pep lo ha vuelto a hacer.

..con algunos amigos tomando un vino ..

En esta docu-ficción él expresa la pasión de hacer realidad los sueños y sentirse joven mientras los hace realidad. Una película que vale la pena ver a pesar de algunos defectos menores en la actuación de algunos actores amateurs, que otras veces son tan buenas que no los distingues de la actuación de los profesionales.
La historia es brillante y consigue hacerte olvidar la escasez con los medios para llevarla a cabo. Apetece que Pep siga rondando películas y transmitiendo su pasión por el cine y por la vida.

Esta película adapta la obra homónima de Miguel Delibes con una maestría que consigue trasladar en imágenes situaciones de extraordinaria fuerza y dramatismo. El trabajo de los actores es impresionante. Alfredo Landa y Francisco Rabal recibieron el premio a la Mejor Interpretación en el festival de Cannes.