Por lo general, cuando veo una película me suelo fijar en su estética, en su mensaje y en la interpretación de los actores. No creo que en este mítico film, se pueda echar ningún pero a las tres cosas que he mencionado, podrá gustar más o menos, parecer aburrida y repetitiva en muchos momentos y perdonar o no, esa manera tan especial de comunicar con su cine, de Terry Gilliam, pero si ponemos en la balanza lo bueno y lo malo de este film, creo que es de justicia decir que nos encontramos ante una de esas películas, que no dejan a nadie indiferente.

El libro del que se extrae el guión de esta película, es muy bueno. Es una pena que llevar una historia como esta al celuloide, se quede empañado por algunos fallos (a mi entender) que deslucen lo que debería haber sido un clásico del cine.
El montaje y las interpretaciones de los actores, me parecen muy buenos. La manera de contar las historias, a veces es algo confusa y es cierto que están algo descompensadas, en cuanto a su intensidad narrativa.
Pienso que falla la adaptación del guión y puntualmente el maquillaje de los actores (en algunos casos rozando el ridículo). Ahora bien, me parece una gran película y no entiendo como ha sido tan denostada por algunos críticos, creo que no es justo. El tiempo la pondrá en su verdadero lugar, ese tiempo que está tan presente a lo largo de un film, en el que también hay muchos aciertos y creo que son dignos de descubrir por cualquiera que sea amante del buen cine. Ejercicio creativo audaz, pretencioso y algo empañado por detalles que podrían haber sido mejores y que por desgracia deslucen esta gran historia. Recomendada.