Es curioso cómo los protagonistas que están en medio de tanta maldad son tan buenas personas, hasta el final. En toda la película hay una protagonista más, que es la muerte, a la que el director trata de dar a conocer de manera subliminal como "una amiga", casi como a la "vieja chispas". La moraleja podría ser que cada día que vivimos nos acercamos más a ese corredor que a todos nos espera.

A destacar que no pasa por alto detalles en las ejecuciones, pero con elegancia. Tampoco es un film previsible, por lo que mantiene la atención durante las tres horas. El humor, los "otros protagonistas", como el ratón, el francés Delacroix y, sobre todo, magistral e inmenso Hanks y "sus muchachos". Una historia que encierra muchas historias y que hace pensar, algo que se agradece mucho en el cine.