Epitafios es el claro ejemplo de que a veces más es menos, desaprovechando una premisa muy interesante, actores de gran perfil, y sobre todo el empuje económico de una productora con sonoras tres letras de calidad.

Con uno de los episodios piloto más enganchadores que este servidor haya visto, con una gran edición de imagen, actuaciones de buen nivel, una sobrecogedora banda sonora, una historia que se presentaba en las más enormes de las intrigas. Me lance intempestivamente a devorar los siguientes episodios lo más pronto que pudiera, así al terminar de visionar el tercer episodio auguraba un gran resultado de la serie argentina.

Lastimosamente con el correr de los capítulos el enganche es cada vez menor, y las expetactivas con la serie bajan de manera exagerada. Pero entonces qué diablos paso, como una gran historia que pintaba para unos excelentes 7 capítulos paso de la gloria a la pena, pues esa es la explicación, la serie dura 13 episodios con una intriga resuelta en el sexto. Con una cantidad de conjeturas y vejámenes propios de una telenovela de bajo presupuesto, la serie sigue su camino hacia su final y los que se engancharon como yo esperando algo distinto, solo el morbo impulsa a terminar de verla.

Como leía en una crítica de un colega cinéfilo sobre esta misma serie, quien demonios es su asesor policiaco, ojala en el estimado país de argentina no tengan esta clase de detectives como los protagonistas de la serie, porque si no cualquier malandro de poca monta significaría un reto total para la justicia.

Expresando un poco mi frustración ante una serie que me llamo mucho la atención debido a su temática de thriller e intriga para atragantarme un producto final de acción de telenovela.
Con respetos un servidor.

El deporte del boxeo ha inspirado la creación de obras potentísimas en la historia del cine, y The set-up, es una de ellas. Una obra plagada de fracasados en un deporte donde muchos sueñan, pero pocos se imponen ante la dura realidad. Un deporte en el que se mueven toda clase de personajes de todas las calañas, gente y gentuza, personajes variopintos que se desahogan lanzando arengas a los encarnizados adversarios en pantaloneta, y “empresarios” que juegan a ser Dios moviendo los hilos del destino del combate, entrelazando la necesidad, el sufrimiento y el triunfo.
La película solo tiene poco más de una hora de duración, pero Robert Wise, presenta unos personajes a los que logramos entender sus sueños y frustraciones, todo desde un camerino y unas pocas tomas desde la habitación de un hotel. Las interpretaciones sin llegar a ser sobresalientes, si logran transmitir esas sensaciones al espectador y que conectemos con ellos, y que lancemos un par de golpes al aire, ya sea de emoción o de rabia.

Divertida historia, con un guion muy interesante y una animación atractiva para la época e incluso para nuestros días. Narra una de las aventuras de Sun Wukong , acompañando a Sanzang, el monje Tang, en la famosa novela épica china Viaje al Oeste. Novela que ha sido versionada en distintas películas, que lamentablemente no alcanzan las cotas de calidad que exige la obra.
Nostálgica animación y entretenida historia.
Agradezco la recomendación de ver esta película a la página Red China.

Antes de despotricar sobre ella aclaro, me gustan las películas de artes marciales.

El cine tailandés ha entregado obras dentro del cine de acción (más concretamente de artes marciales) de gran factura en cuanto su espectacularidad durante los combates, su máximo responsable es el señor Prachya Pinkaew director de Ong Bak: El guerrero Muay Thai, Thai Dragon, y la película que nos ocupa Chocolate, si la verdad es que sus escenas de combate son fastuosas y admirables, pero toda verdad hay que decirla, no necesitas hacer toda una película, solo para mostrar la espectacularidad de una pelea, pues si por esta razón fuera cortos de peleas se encuentran a montón en internet, y los podemos visualizar sin necesidad de adelantar el reproductor, solo para llegar a la escena del combate y evitarnos el sopor y aburrimiento de tener que aguantar una historia mal contada, o que no contenga ningún interés, y es justamente ahí donde puede estar su fallo. Y eso que la crítica la hago como un cinéfilo al que le agrada mucho el cine de artes marciales.

Disfrutable solamente si eres fan del género.

No sé qué tan grande sea la industria del cine afgano (me imagino que grande no ha de ser), pero he tenido la oportunidad de ver un par de sus producciones, y la verdad me dejan un buen sabor de boca, y esperanzas de que en este país se sigan realizando producciones de buen nivel.

Ahora hablando directamente de lo que nos deja, La piedra de la paciencia, hay que decir que a pesar de ser un film con una premisa muy interesante y planteamiento en un escenario tan desbastado física y moralmente, no logra ser una obra redonda.
Me encuentro de acuerdo con algunas críticas que citan que su metraje pudo ser excesivo, y eso que hablamos de una película, que solo dura unos cien minutos, pero a la cual se le pudieron ahorrar unos quince.

Sus primeros veinte minutos son atrapantes, y dejan un Sentimiento de aflicción producido por el dolor ajeno. Hasta ahí todo bien, una buena fotografía, un buen guion, y se empieza a notar el buen papel a realizar por Golshifteh Farahani. Ya en la segunda parte de la película el ritmo se torna un poco lento, pero no se nota cansino. Y es ya en su tramo final donde infortunadamente no termina de cuajar, por alguna pega que al espectador no convence. Aun así es una buena obra para visualizar, en donde se nota buena fotografía, una actuación muy correcta por parte Golshifteh Farahani, en una historia bastante interesante.