Todo muy previsible. El estilo, los chistes, la animación, el desarrollo... No sólo no aporta nada nuevo a la fábrica Dream Works, sino que además tiene unos mensajes un tanto indeseables.

Floja.

Muy poca imaginación le ha echado Segura a esta nueva entrega de Torrente, una rutinaria sucesión de chascarrillos, amiguetes y burdos golpes de efecto para hacer avanzar la acción.

Lo mejor de las tres sigue siendo la presentación de los personajes en la primera película. A partir de allí cuando ya tiene que ponerse a desarrollar una historia las limitaciones del director son más que evidentes.

Sólo para incondicionales del señor Segura.

Me gustó la capacidad de esta película para emocionar sin caer en manejos sensibleros.
Magnífico Luppi en un papel, como ya se ha dicho, digno de un western crepuscular. Antonella Costa no se queda atrás y ofrece un riquísimo contrapunto en un singular choque generacional.
Muy recomendable.