La historia es insulsa, con el agravante de que dura casi dos horas. Lo único, que muy particularmente me salvaba de la frustración de no verle ningún futuro interesante a la trama, era lo guapo que es Downey Jr. y lo bien que sabe poner cara de despistado fatal irresistible. Pero a los quince minutos te preguntas si siquiera el director tenía claro si era un drama o una tragicomedia lo que quería contar. Porque entonces, para qué leches meter esa historia de la orina de los mapaches que no se soluciona de ninguna manera, señor Joe Wright?

Los personajes están totalmente borrosos, sólo se pretende ahondar en la vida del músico esquizo mediante soporíferos flashbacks (ah sí, de eso va la película, la historia basada en hechos reales de un prodigio esquizofrénico que acaba viviendo en la calle, y de un periodista que pretende sacarle de ella, sacando tajada de mientras). Pues bien, este buen señor tiene una pájara nada cinematográfica: no es peligroso, está más perdido que el barco del arroz, y le han colgado un deje absolutamente insoportable : hablar mucho y muy rápido con frases medio poéticas pero inconexas...

A pesar de los intentos faciales de expresar el dolor esquizofrénico del cooprotagonista, el verdadero drama de esta película son los estilismos que le han encasquetado a Jamie Fox y a algun otro homless que por allí pasaba. No había visto más trajes de lentejuelas desde que Sara Montiel hizo la publicidad para MTV. Tras el cuarto disfraz en escena nada tenía sentido.

Por otro lado, a esta película le deberían haber puesto de sobrenombre ¿Cómo odiar el nombre de Nathaniel en 117 minutos? la respuesta es fácil: haciendo que aparezca en el 85% de las frases del guión.

Mirando el lado humano, se supone que el MÁS que remarcado background de locura y suburbio debería afectar a nuestra conciencia social. Pero con su tratamiento de planos-edición se me hacían payasos en un circo, y eso me molesta aún más porque son verdaderos sin hogar al parecer.

Salvo como bueno, los planos aéreos cenitales del inmenso entrecruzado de carreteras de L.A. (pero con 3 ya me valen, no te sabes esa regla? la del 1, 2, 3 se acabo la repetición?) Y Si tengo que hablar de puntos de inflexión, giros de guión, o desenlaces dignos, mejor sigo hablando de lo guapo que es Downey Jr.

No pierdan el tiempo y váyanse a ver Shine.