Los ojos de Dallas de taladran. Su mirada del chico duro te intimida y te derrite a la vez porque se adivina bajo la pose una vulnerabilidad deliciosa. Con esas frases de machito"vienes mucho por aquí" "no" "¡qué tragedia!" . Linder tiene 30 años y aparenta 15 con esa piel perfecta, esos gestos de chiquillo, y con el cuerpo flexible y ágil de una ninfa. Dallas es preciosa, dulce, insegura, masculina y delicada. Linder ha sabido hacer de ella un absoluto goce para el espectador. Su mirada, sus gestos transmiten a la vez la dureza que el personaje cree tener, el deseo por Jasmin, la ansiedad por tenerla, y el miedo a no lograrlo. Cada primer plano es un regalo. La intimidad que se crea entre los personajes es increíble. Las escenas del sexo son fabulosas con esa mezcla de pasión, ternura, vulnerabilidad y miedo que tienen las relaciones que auténticas. Los ojos de Dallas su mirada a la vez tímida, nerviosa y dulce, se te quedan grabados. Una película para recordar sensaciones, enamoramiento en estado puro.